Gerald Flynn, un periodista de investigación que ha trabajado para publicaciones locales y extranjeras en Camboya durante años, vio negada su entrada al país el 5 de enero tras unas vacaciones en la vecina Tailandia.
Las autoridades locales, que en noviembre le dijeron que tenía que salir del país, argumentan que su visado y permiso de trabajo son falsos, mientras que el periodista británico asegura que son válidos y los consiguió por las vías legales.
"Este es otro clavo en el ataúd de la libertad de prensa en Camboya, que ha visto en los últimos años como a los periodistas extranjeros y nacionales son intimidados y numerosos medios han sido cerrados", apunta hoy en un comunicado el Club de Corresponsales Extranjeros de Tailandia.
"Es un ejemplo más de la intolerancia de las autoridades camboyanas hacia el periodismo crítico y de investigación. Condenamos esta decisión arbitraria y pedimos a las autoridades que faciliten de inmediato su regreso a Camboya para que pueda continuar con su trabajo", pide por su parte el Club de Prensa Extranjera de Camboya, cuyo presidente es Flynn, en un comunicado conjunto con otras 20 asociaciones de prensa y medios regionales.
El Gobierno camboyano lleva años tomando medidas enérgicas contra la prensa independiente, como la retirada de licencias y la orden de cierre de numerosos medios de comunicación, sobre todo en vísperas de elecciones.
En 2022 Naciones Unidas denunció el aumento del acoso y la intimidación a los profesionales de los medios de comunicación en Camboya y las crecientes restricciones a la libertad de expresión.
Desde enero de 2017 la Oficina de Derechos Humanos de la ONU en Camboya ha documentado casos de 23 periodistas que se han enfrentado a cargos penales por desinformación, difamación o incitación como consecuencia de su trabajo.
Según Reporteros sin Fronteras, Camboya se encuentra en el puesto 151 de 180 países en términos de libertad de prensa.