"Todos nosotros, colectivamente como nación y cada uno de nosotros individualmente, sea cual sea nuestra provincia o nuestra institución política, nos vemos afectados en nuestro cuerpo y nuestra alma por esta situación de seguridad agravada y sus duras consecuencias", dijo este martes Sama Lukonde, presidente del Senado, según recogen medios locales.
"Comprometámonos sin reservas a dar a nuestra patria lo mejor de nosotros. Con este fin, se creará una comisión mixta Asamblea Nacional-Senado", añadió Lukonde, al abrir una sesión extraordinaria del Senado que se celebró a la vez que otra de la Cámara baja.
Este martes entra en vigor el alto el fuego declarado el lunes en el noreste del país por el M23 por motivos humanitarios, después de que el grupo ocupara el pasado 27 de enero la estratégica ciudad de Goma, capital de la provincia de Kivu del Norte, tras días de intensos combates con el Ejército congoleño y sus milicias aliadas.
La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) cifró en 900 el número de muertos en Goma y sus alrededores por los enfrentamientos ocurridos la pasada semana, aunque el Gobierno congoleño afirmó a última hora del lunes que ya se han enterrado 2.000 cadáveres en la zona.
La OCHA, además, advirtió en su último informe de que "todavía muchos cadáveres cubren las calles de la ciudad" y detalló que 2.880 heridos fueron admitidos en centros médicos entre el 26 y el 30 de enero, mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS) elevaba la cifra a 2.958.
Este lunes se cumplió una semana desde que el M23 -grupo formado principalmente por tutsis que sufrieron el genocidio ruandés de 1994- tomara Goma en una ofensiva que ha incrementado la tensión con la vecina Ruanda, ya que el Gobierno congoleño acusa a Kigali de apoyar al grupo rebelde, un extremo que ha confirmado la ONU.
Por su parte, Ruanda y el M23 acusan al Ejército congoleño de cooperar con las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), un grupo fundado en 2000 por cabecillas del genocidio y otros ruandeses exiliados para recuperar el poder político en su país, una colaboración que también ha sido corroborada por la ONU.
La actividad armada del M23 se reanudó en noviembre de 2021 con ataques relámpago contra el Ejército congoleño en Kivu del Norte y, desde entonces, avanzó por varios frentes hasta alcanzar Goma, urbe con unos dos millones de habitantes y donde tienen su sede ONG internacionales e instituciones de la ONU.
Desde 1998, el este de la RDC está sumido en un conflicto alimentado por milicias rebeldes y el Ejército, a pesar de la presencia de la misión de paz de la ONU (Monusco).