Es el segundo viaje al extranjero de Sharaa, nombrado el miércoles pasado jefe del Gobierno de transición, y viene justo después de su visita oficial, el domingo y lunes pasados, a Arabia Saudí, con reuniones en Riad y una ceremonia religiosa en La Meca.
El viaje a Riad subraya la cercanía ideológica entre Sharaa, antes conocido como Abu Mohamed al Jolani, líder de la rama siria de Al Qaeda, y como tal adherido a la versión más rigorista del islam, la wahabí, y Arabia Saudí, origen y principal foco de poder de esta rama fundamentalista.
Aunque también el Gobierno turco es de ideología islamista, su versión es mucho menos radical, y Ankara lleva semanas reiterando que la nueva Siria bajo Sharaa debe respetar todas las minorías religiosas, incluida la alawí, que la corriente wahabí considera "hereje".
En la reunión de hoy, Erdogan y Sharaa "evaluarán los pasos compartidos que pueden dar ambos países para la recuperación económica, la estabilidad sostenible y la seguridad", anunció ayer la Presidencia turca.
Antes de la guerra, Turquía era el primer país origen de las importaciones de Siria y el cuarto entre los destinos de sus exportaciones, y actualmente, Ankara provee numerosos servicios en el norte de Siria, controlado por sus tropas, además de suministrar electricidad a la región, con planes de llevar también gas natural a Alepo.
El tema más espinoso entre Ankara y Damasco es actualmente el futuro de las milicias kurdosirias YPG que dominan gran parte del noreste del país, incluidos numerosos pozos de petróleo y gas.
Turquía considera esta milicia una simple rama del Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK), la guerrilla kurda de Turquía, y exige su total disolución y la expulsión de dirigentes y combatientes llegados de Turquía o Irak.
Las YPG no reivindican la independencia pero Damasco aún negocia las formas de encajar en el nuevo Estado a estas milicias y la administración autónoma que construyeron durante los años de la guerra civil.