El Tribunal de Erkelenz (oeste) le halló culpable de un ataque contra agentes del orden, así como de un delito de lesiones, según confirmó la corte a varios medios alemanes, entre ellos el digital T-online.
El proceso en torno al activista, de 29 años, había atraído mucha atención mediática, y el francés ya admitió durante el primer día que efectivamente había empujado al barro a los agentes que se hallaban atascados en el lodo.
El joven participó junto con otros cientos de activistas en enero de 2023 en unas protestas contra la evacuación forzosa de la localidad de Lützerath, en el oeste de Alemania, para dejar paso a la ampliación de una mina de carbón.
En un vídeo que se hizo viral en redes sociales se puede ver a un grupo de policías atrapados en el lodo y que intentan infructuosamente liberar sus piernas del barro, cuando el activista, vestido con un hábito de monje que le ocultaba la cara, les propina un empujón enviándoles de vuelta al fango.
El anónimo "monje de Lützerath" se convirtió en un símbolo para el activismo climático global, aunque más tarde el joven reveló su identidad en una entrevista en la que se declaró contento de haber hecho reír a "mucha gente" con el vídeo.
La fiscalía pedía para el acusado ocho meses de prisión.