“Las negociaciones y una reunión entre los presidentes Donald Trump y Masoud Pezeshkian no están en la agenda”, dijo el vicepresidente iraní, Mohammad Reza Aref.
El político indicó que “no es imposible” que se produzca ese encuentro.
Trump firmó ayer un memorando que restablece la “política de máxima presión” sobre Irán, que ya aplicó en su primer mandato, con el objetivo de impedir que el país persa adquiera un arma nuclear y limitar sus exportaciones de petróleo.
Pero al mismo tiempo indicó que firmaba el documento porque “todo el mundo quiere que lo firme” y dijo que “espera no tener que usarlo”, e insistió en que Irán no debe desarrollar armas nucleares.
También indicó que está dispuesto a negociar con Teherán e incluso a negociar con Pezeshkian.
Aref insistió en que su país no busca un arma nuclear y que el líder supremo de Irán, Ali Jameneí, emitió una fatua prohibiendo este tipo de armamento, como ya hicieron hoy otros altos cargos iraníes.
Trump impuso la “política de máxima presión” contra Teherán durante su primer mandato (2017-2020) y abandonó el pacto nuclear de 2015 que limitaba el programa nuclear iraní a cambio del levantamiento de las sanciones, lo que hundió la economía persa.
Tras la salida estadounidense del acuerdo nuclear, Irán enriquece uranio muy por encima de lo permitido y ya posee 182,3 kilos enriquecido al 60 % de pureza, cercano al uso militar del 90 %, según el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Las relaciones entre Irán y Estados Unidos, muy tensas en las últimas décadas, atraviesan uno de sus peores momentos tras el estallido de la guerra que enfrenta a Israel, que tiene a Washington como su principal aliado, con Hamás y Hizbulá, dos de los grupos islamistas apoyados por Irán.