La medida ha sido tomada "con el objetivo de no alcanzar una situación crítica en los niveles de producción" debido al desabastecimiento energético y "la estanflación" que desestabilizan a la economía, dice el comunicado oficial.
La situación de emergencia fue instaurada el 11 de diciembre anticipándose al anunciado corte del suministro de gas ruso por parte de Ucrania el 1 de enero.
Por su parte, el Parlamento moldavo anunció la situación de emergencia el 16 de diciembre.
El suministro energético a Transnistria se reanudó el 1 de febrero tras una subvención de 250 millones de euros por parte de la Unión Europea a Moldavia, con una suma aparte específicamente para abastecer a la república prorrusa.
Nada más reanudarse el suministro, las autoridades locales suspendieron los dos cortes diarios de cuatro horas cada uno que habían impuesto hace varias semanas para combatir la crisis energética.
El suministro de gas se ha realizado a través de la empresa energética moldava Energocom, quien destinó 20 millones de euros de esa subvención para adquirir gas en el mercado europeo.
A esta cifra se suman otros 10 millones para abastecer a la autoproclamada república con energía eléctrica.