El ministro del Interior, el conservador Gerhard Karner, indicó que el pasado mes de febrero sólo se recibieron 60 peticiones de refugiados que querían traer a sus familias a Austria, mientras que en el mismo mes del año pasado las solicitudes fueron 1.000.
Según Karner, esa caída se debe a que ya no se están tramitando las solicitudes de ciudadanos sirios, desde la caída de la dictadura de Bachar Al Asad el pasado diciembre.
Con todo, Christian Stocker, canciller y líder del conservador Partido Popular austríaco (ÖVP), señaló que es preciso tomar medidas "profilácticas".
"Si siempre esperamos a que las cifras sean tan altas como en el pasado, nunca lograremos la profilaxis", señaló el jefe del Ejecutivo de coalición que forman el ÖVP, el Partido Socialdemócrata y el liberal Neos.
Según el Gobierno, en 2023 llegaron a Austria 9.254 familiares de refugiados, de ellos más de 6.600 menores de edad.
Karner ya informó el pasado día 6 a la Comisión Europea de los planes de su Gobierno, argumentando que "la reunificación familiar de las personas con derecho a protección supone un gran desafío para Austria", especialmente para el sistema educativo.
Acnur, la agencia de la ONU para los refugiados, ha criticado la medida y también han protestado las Juventudes Socialistas.
También cuestiona la iniciativa, por considerarla insuficiente, el opositor partido ultraderechista FPÖ, que ganó las elecciones del pasado septiembre y cuya negociación con el ÖVP para pactar un Gobierno acabó fracasando.