"Hubo enfrentamientos entre las dos partes después de que las milicias wazalendo ('patriotas' en suajili) lograran recuperar la ciudad de manos de los rebeldes" brevemente, explicó a EFE Delphin Mbiriri, líder de la sociedad civil del territorio de Kalehe, cercano a Kavumu, en la provincia de Kivu del Sur.
"La lucha fue feroz antes de que llegaran refuerzos. Diez civiles murieron y sus cuerpos permanecieron tirados por el suelo hasta la madrugada. Trece rebeldes murieron junto con tres miembros de los wazalendo", detalló Mbiriri, que se encontraba en Kavumu cuando sucedieron los hechos.
Según este representante de la sociedad civil, los cuerpos de los rebeldes fueron recogidos más tarde por otros miembros del M23 que se desplazaron al lugar para mantener el control de la localidad y que acabaron expulsando a las milicias aliadas del Ejército.
El M23 tomó el control de Kavumu y su estratégico aeropuerto a mediados del pasado mes de febrero, un día antes de ocupar Bukavu, capital de Kivu del Sur.
"No hemos intentado salir de casa hasta hoy, porque ayer las explosiones fueron terribles. La gente estaba muy asustada. Estamos intentando reanudar las actividades", señaló Mbiriri.
El conflicto del este de la RDC escaló a finales del pasado enero, cuando el grupo rebelde tomó las ciudades de Goma (capital de la provincia de Kivu del Norte) y Bukavu; ambas fronterizas con Ruanda y ricas en minerales como el oro o el coltán, fundamentales para la industria tecnológica y en la fabricación de teléfonos móviles.
Desde la intensificación de la ofensiva del M23, apoyado por Ruanda -según las Naciones Unidas y países como EE.UU., Alemania y Francia-, cerca de 1,2 millones de personas se han visto desplazadas en estas dos provincias, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de la ONU.
Además, los enfrentamientos que estallaron en Goma y alrededores dejaron más de 8.500 muertos en enero, detalló a finales de febrero el ministro congoleño de Salud Pública, Samuel Roger Kamba.
La actividad armada del M23, formado principalmente por tutsis que sufrieron el genocidio ruandés de 1994, se reanudó en Kivu del Norte en noviembre de 2021 con ataques relámpago contra el Ejército congoleño.
Desde entonces, ha avanzado por varios frentes, lo que ha elevado los temores de una posible guerra regional.
El este de la RDC está sumido, desde 1998, en un conflicto alimentado por milicias rebeldes y el Ejército, a pesar de la presencia de la misión de paz de la ONU (Monusco).