Según informó la agencia estatal china Xinhua, el buque 4409 de la Guardia Costera de Filipinas se aproximó de forma “peligrosa” al navío chino Zhongnan en la mañana del lunes, cruzando su proa en cuatro ocasiones e ignorando las advertencias por radio de la parte china.
Las autoridades chinas afirmaron que la maniobra tuvo como objetivo generar una “colisión simulada” para obtener imágenes que pudieran ser utilizadas con fines propagandísticos y dañar la reputación de China.
El buque filipino se retiró finalmente de la zona tras la intervención de la Guardia Costera china, según las autoridades del gigante asiático.
La Guardia Costera de China calificó los hechos como una “grave violación” del derecho internacional y de las normas para evitar colisiones marítimas, y señaló que las acciones filipinas pusieron en riesgo la seguridad de los tripulantes chinos.
Pekín reiteró que sus patrullas fueron “profesionales, legales y apropiadas”, y que continuará fortaleciendo su presencia en las aguas adyacentes a Huangyan para defender su soberanía nacional y sus derechos marítimos.
Manila y Pekín mantienen disputas soberanistas en el mar de China Meridional, por el que circula alrededor del 30 % del comercio global y que alberga el 12 % de los caladeros mundiales, además de tener potenciales yacimientos de petróleo y gas.
A pesar de la sentencia de la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya de 2016, que favoreció a Filipinas en su lucha por la soberanía sobre algunas de las islas y arrecifes en disputa, Pekín continúa reclamando casi la totalidad del mar.
Desde la llegada de Ferdinand Marcos Jr. al poder en 2022, Filipinas se ha mostrado más firme en la defensa de su territorio, frente a las reivindicaciones de la práctica totalidad del mar por China, aireando sus quejas sobre los frecuentes choques entre buques de ambos países.