El selectivo sumó 48,87 puntos a media sesión hasta los 21.466,27, mientras que el índice que mide el comportamiento de las compañías de la China continental que cotizan en el parqué hongkonés, el Hang Seng China Enterprises, ganó un 0,21 %.
Entre las empresas más beneficiadas hoy, el grupo de educación privada y comercio electrónico New Oriental (3,66 %), la embotelladora de agua Nongfu Spring (2,48 %) o la empresa de alimentos procesados WH Group (2,48 %).
Por contra, cedieron títulos como el mayor fabricante de microchips de China, SMIC (4,53 %), o la operadora de casinos Galaxy Ent (3,57 %).
El volumen de negocio de la sesión fue de 185.060 millones de dólares de Hong Kong (23.860 millones de dólares, 21.002 millones de euros).
El selectivo hongkonés arrancó la semana pasada con fuertes caídas ante el temor a una recesión global causada por las tensiones comerciales entre Pekín y Washington, aunque registró subidas a lo largo de los días ante la caza de gangas llevada a cabo por los inversores.
Tras haber sacudido los mercados durante las últimas dos semanas por anunciar primero la aplicación generalizada de un gran volumen de aranceles al resto de mundo y recular después, para redoblar su ofensiva contra Pekín mientras el costo de financiación de la deuda estadounidense continuaba al alza, Washington decidió dejar por el momento numerosos productos tecnológicos chinos sin gravar.
Un portavoz del Ministerio de Comercio chino dijo en un comunicado este domingo que Pekín está "evaluando actualmente el impacto" del memorando que exime a algunos productos tecnológicos chinos de los "aranceles recíprocos".
China instó a Washington a que "escuche las voces racionales de la comunidad internacional" y dé un "gran paso para corregir sus errores, cancele por completo la práctica incorrecta de los "aranceles recíprocos" y regrese al camino correcto del respeto mutuo y la solución de las diferencias a través del diálogo igualitario".
La guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo se ha agravado rápidamente, en un momento de alta volatilidad en los mercados y crecientes peticiones internacionales de contención. China, por su parte, ha insistido en que no desea una guerra comercial, pero que "no teme enfrentarla si es necesario".