Las hostilidades también han causado que 92.000 personas sigan desplazadas en Líbano, señaló en rueda de prensa el portavoz de la oficina Thameen Al-Kheetan, quien indicó que decenas de miles de israelíes en la zona fronteriza siguen sin poder regresar a sus hogares por el lanzamiento de cohetes y morteros.
"La violencia debe terminar inmediatamente y todas las partes deben respetar el derecho humanitario internacional", indicó la fuente oficial, quien también reclamó investigar las violaciones de derechos humanos que hayan sido perpetradas.
Según Al-Kheetan, los ataques israelíes en territorio libanés han causado daños en infraestructuras civiles que incluyen edificios residenciales, instalaciones médicas, carreteras y comercios.
El portavoz de la oficina que dirige el alto comisionado Volker Türk también urgió a que se creen las condiciones para un retorno seguro de los desplazados, lo que incluiría la limpieza de la zona de minas y restos de armamento sin detonar.
Desde el inicio del último conflicto entre Hizbulá e Israel el octubre de 2023 hasta el alto el fuego del 27 de noviembre, se contabilizaron 3.583 muertos y 15.244 heridos en territorio libanés, de acuerdo con cifras de Naciones Unidas.
El Gobierno libanés indicó el 4 de diciembre, una semana después del inicio de la tregua, que al menos 4.047 personas murieron y 16.638 resultaron heridas durante poco más de un año de guerra, la inmensa mayoría de las víctimas -alrededor de un 84 %- se produjeron en los últimos dos meses de escalada bélica.