La alegría que sintió al volver desde Alejandría, Egipto, se transformó en tristeza al encontrar su casa en ruinas.
"Lo perdí todo y no encontré nada más que escombros. Las FAR saquearon todas mis pertenencias y no dejaron nada más que los restos de tres sillas y ropa rota", aseguró a EFE Samir, empleado de una empresa de ingeniería que ahora tendrá que empezar su vida "desde cero".
Samir es uno de las decenas de miles de civiles que han regresado a la capital sudanesa desde el exilio al que se vieron forzados por los enfrentamientos entre el Ejército y las FAR, que han dejado sólo escenas de devastación en la ciudad.
Hombres si, mujeres aún no
Según indicó Samir, los barrios orientales de la ciudad siguen sin electricidad ni agua, y las autoridades sólo están permitiendo el regreso de hombres y jóvenes, pero aún no a mujeres y niños.
El flujo de regresos es constante, según indicó a EFE el Director General de Cruces Fronterizos, Yaser Mohamed Ozman, que señaló que 104.745 ciudadanos han regresado desde enero hasta el pasado 12 de abril desde Egipto, país que ha acogido a 1,5 millones de sudaneses tras el estallido de la guerra.
Además, Ozman apuntó que se registra un aumento en el número de ciudadanos que regresan también desde Sudán del Sur y Etiopía.
Según explicó, este fenómeno refleja una mayor confianza en la estabilidad de Sudán, impulsada por la recuperación por parte del Ejército de territorios clave en los estados de Sennar, Al Yazira, Jartum y Nilo Blanco, antes bajo control de las FAR.
En Jartum Norte, Mona, de 44 años, relató a EFE su difícil situación tras regresar hace dos semanas desde Gedaref, en el este de Sudán, junto a sus hijos.
Encontró su casa semivacía, sólo con la mitad de sus muebles. Sin electricidad ni agua, está obligada a comprar agua potable a vendedores que la transportan en barriles desde pozos cercanos.
Mona también comentó a EFE que, si bien los mercados y panaderías han comenzado a reabrir parcialmente, los precios son muy altos y lamentó una actitud de "codicia" entre los comerciantes.
"A pesar de las dificultades, la seguridad es una bendición invaluable", señaló la mujer al explicar que durante los primeros cinco meses de guerra vivió "aterrorizada y con miedo a las FAR".
"Allanaron nuestras casas, nos amenazaron, nos robaron el dinero y aterrorizaron a nuestros hijos hasta que salimos de casa con solo lo puesto", lamenta.
De momento, según fuentes del gobierno de Jartum, la mayoría de las 23 plantas de tratamiento de agua de la ciudad fueron destruidas por las FAR y faltan equipamientos para su reparación.
Ozman, de 41 años, regresó a Wad Madani, la capital del estado de Al Yazira, tras haber pasado más de un año en Egipto.
En declaraciones a EFE, dijo que regresó porque "estaba desempleado en Egipto y no tenía suficientes ahorros para cubrir las necesidades de la familia".
"Sufrí tanto a nivel financiero como psicológico en Egipto, ya que ni siquiera podía pagar la matrícula del colegio de mis hijos", indicó al reflexionar que al menos en su país "puede gestionar sus asuntos".
Limpiar cadáveres
El ministro de Salud, Haitham Ibrahim, dijo a EFE que con el regreso de la seguridad los desplazados quieren regresar con ansia a sus barrios en la capital, lo que permitirá también mejorar la limpieza y la tranquilidad en la zona.
Según advirtió, la zona central de Jartum representa un riesgo significativo para la salud pública, debido a la presencia de numerosos cadáveres y abundantes desechos orgánicos, que podrían convertir el área en un foco de enfermedades y epidemias.
En ese sentido apuntó como fundamental sanear las condiciones para considerar un regreso total a la zona y reabrir las instituciones allí establecidas.
La lista de trabajo no es poca y empieza por la remoción de peligros bélicos y biológicos, como cadáveres y explosivos, eliminar desechos contaminantes y exterminar animales.
Luego habría que retirar escombros, despejar la zona de vehículos dañados o destruidos y los restos de casas demolidas, para luego pasar a realizar una limpieza general y combatir la transmisión de enfermedades.
Desinfectar y fumigar las viviendas será el último paso, que ya se podrá hacer con el retorno de los ciudadanos.