"Malasia otorga gran importancia a sus relaciones con China. Sin importar cómo cambie la situación internacional, trabajaremos conjuntamente para lograr una cooperación de beneficio mutuo", aseveró Ibrahim, según la agencia de noticias china Xinhua.
Las declaraciones del sultán se producen en el marco de la visita del presidente chino, Xi Jinping, a Kuala Lumpur, la segunda parada de su gira por el Sudeste Asiático tras Vietnam, con la que busca presentar a Pekín como socio fiable en medio de la crisis arancelaria iniciada por Estados Unidos.
Mientras la región recibe a Xi, también busca negociar con Washington los gravámenes anunciados para sus productos.
"Malasia valora la integración económica regional, apoya firmemente la iniciativa de Franja y Ruta -estrategia china de desarrollo y cooperación globales-, y está dispuesta a fortalecer las relaciones comerciales y de inversiones con China", afirmó Ibrahim.
El presidente chino coincidió en la idea de "impulsar la cooperación industrial" en áreas como la inteligencia artificial, la economía digital y la economía verde y se mostró favorable a recibir más productos agrícolas procedentes de Malasia.
Xi también alentó a las empresas chinas a invertir y establecer negocios en el país vecino, del cual es el principal socio comercial.
El mandatario chino llegó el martes a Kuala Lumpur procedente de Hanói, la primera ciudad que visitó en su viaje por la región, donde firmó 45 acuerdos con el Gobierno vietnamita, y se espera que Xi firme hoy en Malasia también varios acuerdos de cooperación bilaterales.
China y Malasia -nación que Xi llevaba 12 años sin visitar- mantienen disputas territoriales en el mar de China Meridional, que Pekín reclama casi en su totalidad.
Malasia ocupa la presidencia rotatoria de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y su paso por el país se considera un guiño a un grupo que mantiene a China como socio comercial preeminente, aunque busca tradicionalmente mantenerse neutral entre el gigante asiático y EE.UU.
El país fue castigado por Washington con gravámenes -ahora en pausa- del 24 %, mientras que para China la primera potencia mantiene tasas del 145 %, frente al 125 % con que respondió el gigante asiático.