Un equipo italiano de expertos encabezado por el INGV ha estudiado la difusión de partículas contaminantes en el Museo Nacional de Bellas Artes y del Museo de Historia Natural de Buenos Aires, mediante la exposición de líquenes y hojas de 'Fraxinus americana' y 'Jacaranda mimosifolia', para analizar su capacidad de acumular elementos químicos tóxicos derivados del tráfico.
El estudio confirmó que en el interior de las salas de los museos no existen niveles significativos de estas partículas contaminantes, aunque sí se detectan en el exterior, principalmente por la abrasión de los frenos de vehículos en calles cercanas, explicó el INGV en un comunicado.
Titulado “Magnetic and chemical biomonitoring with lichens and vascular plants for the preservation of cultural heritage: A case study at two museums in a megacity (Buenos Aires, Argentina)”, el documento ha sido publicado en la revista ‘Science of the Total Environment’,
Durante el proyecto también se comparó la eficiencia de las dos especies de árboles presentes en el área de los museos y se demostró que la Jacaranda, especie insignia de la ciudad de Buenos Aires, es particularmente indicada para proteger los espacios urbanos contra la difusión de partículas contaminantes de los automóviles.
"Tras los estudios en Roma, en Villa Farnesina y el monte Palatino, y en Venecia, en la Colección Peggy Guggenheim, aplicamos este protocolo combinado de hojas y líquenes en Buenos Aires, un contexto urbano distinto tanto en ecosistema como en tipos de tráfico", declaró Aldo Winkler, responsable del Laboratorio de Paleomagnetismo del INGV, encargado de los análisis magnéticos.
"Obtuvimos excelentes indicios sobre la validez general de este enfoque ‘nature-based’ para la conservación preventiva del patrimonio cultural”, añadió.
El estudio fue realizado por un equipo formado por el INGV, la Universidad de Siena (UniSI) y de la Academia Nacional dei Lincei, en colaboración con científicos del Centro de Investigaciones en Física e Ingeniería del Centro de la Provincia de Buenos Aires, y del Centro de Estudios sobre Patrimonios y Ambiente de la Universidad Nacional de San Martín, Buenos Aires.