"Las FAR liberaron la estratégica región del triángulo (...) Este importante paso tendrá repercusiones en varios frentes de combate, especialmente en el desierto del norte", informó el grupo paramilitar en un comunicado en Telegram.
Hoy, el Ejército sudanés evacuó a sus fuerzas de la zona después de que haya denunciado ayer, martes, que las FAR atacaron, junto con las fuerzas libias de Jalifa Haftar, sus posiciones en el triángulo fronterizo.
Las FAR celebraron que sus "fuerzas libraron batallas rápidas" que culminaron "con la retirada del enemigo y su huida hacia el sur tras sufrir grandes pérdidas humanas y de equipo".
Para los militares, esta victoria es importante por "la vital ubicación geográfica de la región del triángulo", por ser "un cruce fronterizo económico y estratégico entre tres países y un centro clave para el comercio y el transporte entre el norte y el este de África".
"Aseguramos a nuestro gran pueblo que las FAR avanzan con determinación y responsabilidad en su gran batalla nacional para asegurar las fronteras de Sudán e impedir que se conviertan en un escenario del caos", añadió el comunicado.
Desde el Gobierno sudanés, ya señalaron que "Sudán se reserva su pleno derecho legítimo de adoptar cualquier medida que sea necesaria para defender su soberanía", después de implicar tanto a las fuerzas libias de Haftar -hombre fuerte del este de Libia-, como a Emiratos Árabes Unidos.
En una nota de madrugada, el Ministerio de Exteriores tildó la operación de las FAR en el triángulo fronterizo de "un flagrante ataque a la soberanía de Sudán y una grave amenaza para la seguridad regional e internacional".
"La participación directa de las fuerzas de Haftar en combate junto a la milicia terrorista, dentro de las fronteras sudanesas, representa una peligrosa escalada de la agresión externa contra Sudán, impulsada por el régimen de Abu Dabi", señaló la oficina del portavoz de Exteriores.
La guerra en Sudán ha provocado la muerte de decenas de miles de personas, el desplazamiento de alrededor de 13 millones y ha dividido, a grandes rasgos, el país en dos: el norte, este y centro, controlado por el Ejército, y la vasta región occidental de Darfur, en manos de los paramilitares, mientras que amplias zonas del sur están en disputa.