Se han vendido más de 500.000 entradas para el recital de Marko Perkovic, más conocido por su nombre artístico “Thompson”, y considerado pronazi, según organizaciones antifascistas como el Centro Simon Wiesenthal, aunque él lo niega.
El centro de Zagreb ya estaba lleno anoche de jóvenes de todas partes de Croacia y la vecina Bosnia-Herzegovina que celebraban, algunos cantando canciones de los ustasha, las milicias croatas de la Segunda Guerra Mundial aliadas con la Alemania nazi.
Se ha cambiado la regulación del tráfico por casi toda la ciudad, algunas avenidas se han cerrado y se han desplegado equipos de emergencia alrededor del hipódromo en que se organiza el concierto, informan los medios croatas.
Ha sido instalado un hospital improvisado con más de 400 camas en un parque cercano, así como numerosas carpas en que los visitantes podrán buscar un poco de sombra, y grifos de agua potable, para un alivio ante el calor, que según los pronósticos sobrepasará hoy los 30 grados.
El concierto de Thompson es la tarea policial más exigente en la historia de Croacia, por lo que han sido desplegados unos 6.500 policías, 5.000 guardias de seguridad y 70 bomberos, informó el miércoles un alto funcionario del Interior, Damir Barić.
El recital y el enorme interés por el mismo ha suscitado numerosas preocupaciones y polémicas sobre si está en curso una peligrosa normalización de discursos de odio ultranacionalistas, antiserbio y antisemita.
Más de 80.000 serbios, judíos, gitanos y croatas antifascistas fueron exterminados en el campo de concentración de Jasenovac, creado por el régimen ustasha croata durante la Segunda Guerra Mundial.