La exclusión social severa afecta a 4,3 millones de personas en España, un tercio menores

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 Madrid, 5 nov (EFE).- En España 4,3 millones de personas viven en situación de exclusión social severa, un tercio de ellas menores, a los que se suman buena parte de los 2,5 millones de jóvenes afectados por una precariedad estructural generada por empleos temporales y salarios bajos.

Son datos del IX Informe Foessa sobre Exclusión y Desarrollo Social en España, presentado este miércoles por Cáritas Española, que advierte sobre un proceso inédito de fragmentación social en el país, donde se contrae la clase media desplazando a muchas familias hacia estratos inferiores.

En 2024, la exclusión severa se situó un 52 % por encima de 2007, destaca el estudio, que incide en que tras dos décadas de crisis encadenadas, la recuperación no impidió que España cuente con una de las tasas de desigualdad más altas de Europa.

"Vivimos en una sociedad ecológicamente vulnerable, anímicamente desasosegada y socialmente desgarrada", explicó Raúl Flores, coordinador del informe realizado por un equipo de 140 investigadores de 51 universidades, centros de investigación y entidades del Tercer Sector, basado en una encuesta a 12.289 hogares en toda España.

El informe advierte de que la precariedad laboral se ha convertido en la nueva normalidad, que afecta al 47,5 % de la población activa. Son 11,5 millones de personas atrapadas en diversas formas de inseguridad laboral.

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La juventud accede a su primer empleo en peores condiciones y con salarios entre un 15 % y un 30 % inferiores a las generaciones anteriores.

"Esta no es una crisis juvenil, es una crisis de sociedad que nos hipoteca a todos", señaló el secretario técnico de la Fundación Foessa.

Pese a las dificultades que afrontan los hogares en exclusión severa, tres de cada cuatro activan estrategias de inclusión, es decir, buscan empleo, se forman, activan redes y ajustan gastos. "Esa idea de que viven de prestaciones sociales sin buscar soluciones o emprender acciones para su inclusión, es falsa, asegura Flores.

El 45 % de la población que vive en régimen de alquiler se encuentra en riesgo de pobreza y exclusión social, la cifra más alta de la UE.

Junto al empleo, la vivienda es uno de los principales motores de la exclusión social en España. La educación, el origen familiar, la salud y las relaciones sociales son otros de los factores multiplicadores de la exclusión.

Si una persona no consigue completar estudios superiores a la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO), su riesgo de caer en exclusión severa se multiplica por 2,7. Los hijos de personas con bajo nivel educativo tienen más del doble de probabilidades de caer en situaciones de pobreza que los de progenitores altamente formados. "La exclusión social se hereda, y es necesario actuar", explicó el coordinador del informe.

Por otra parte, el 6 % de las familias más vulnerables que tenían una enfermedad grave no recibió atención médica el año pasado, el doble que en el conjunto de la sociedad.

El informe alerta también del aumento del aislamiento entre personas en exclusión severa, que se ha quintuplicado de 2018 a 2024.

Del total de hogares excluidos graves, casi la mitad están encabezados por mujeres (el 42%, más de 15 puntos porcentuales desde 2007).

Asimismo, el 69 % de las personas en exclusión, son españolas. "Lo que vemos no es un problema inherente al origen, sino el resultado de barreras estructurales y políticas fallidas", apostilló Flores.

Sin embargo, los datos muestran una brecha persistente y preocupante: casi la mitad (47,4 %) de la población de origen inmigrante está en exclusión, una tasa que casi triplica la de la población autóctona (15,3 %).

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