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“Afganistán recorrió un largo camino desde 2001. Hoy es una democracia emergente, moderna y dinámica”, dijo el alto representante del civil de la OTAN en Afganistán, Nicholas Kay.
A pesar del paso de miles de soldados de la OTAN en Afganistán desde 2001, cuando Estados Unidos expulsó del poder a los talibanes, la situación sigue siendo crítica.
El año 2018 fue el más mortífero para los civiles jamás registrado y los talibanes nunca controlaron tanto territorio desde que les expulsaron del poder.
El presidente estadounidense, Donald Trump, criticó por su parte su hastío por la guerra más larga llevada a cabo por Estados Unidos en su historia, en la que murieron más de 2.300 soldados estadounidenses y que costó más de mil millones de dólares a Washington.
En diciembre, Trump dijo que quería retirar cerca de la mitad de los 14.000 soldados actualmente en el país, una decisión que habría tomado sin consultarla antes con la OTAN.
La guerra en Afganistán es “lamentable, ridícula”, dijo Trump el martes en Washington.
En la ceremonia de este miércoles en el cuartel general de la OTAN en Kabul, varios dignatarios afganos y internacionales quisieron dar una visión positiva de la situación del país.
El jefe del gobierno afgano, Abdulá Abudlá, y el general Scott Miller, comandante de la OTAN y de las fuerzas estadounidenses en Afganistán, aseguraron que las condiciones de vida de los afganos mejoraron desde 2001.