Tiempo de ser consecuentes

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Ante la renuncia de la ministra Lafuente, cabe preguntarnos: ¿Y ahora? Ahora es el tiempo de ser consecuentes con lo que exigimos. ¡Exigimos calidad educativa! Pero, ese no es un proceso extrínseco que solo compete a las autoridades ministeriales, sino a un proceso intrínseco de cada estudiante, de cada familia, de cada comunidad.

Entonces, ¿a qué llamamos calidad educativa? ¿Qué se deberá tener en cuenta para trabajar esa calidad?

1. El maestro, responsable de buena parte del avance exitoso del estudiante. Su capacidad para generar ambientes de aprendizaje altamente eficaces es factor fundamental, que puede atenuar considerablemente el efecto de los demás factores. Urge la capacitación de los maestros de manera efectiva y sistemática.

2. La existencia de un currículo coherente que identifique claramente aprendizajes esperados. Aprendizajes no divorciados de una realidad nacional que exige cambios de prácticas y hábitos.

3. Los materiales educativos, que apoyan la labor de los maestros y los esfuerzos de los estudiantes. Necesitamos materiales de alta calidad, apropiados para el nivel y condiciones de los estudiantes.

4. La evaluación, tanto del aprendizaje como para el aprendizaje, debe apoyar y fortalecer los procesos formativos en el aula, así como la reflexión institucional. Sin evaluación no es posible plantear procesos rigurosos de mejoramiento continuo, ni procesos serios de aprendizaje. La evaluación ha de ser muy coherente. No se puede inventar un resultado, mucho menos promocionar sin los mínimos requisitos planteados.

5. La gestión educativa, representada en la organización y armonización de las diferentes acciones de los actores de la comunidad educativa, que utilizan el análisis de datos recolectados, análisis para implementar ajustes en las actividades de aula, el uso de los materiales educativos y las estrategias de evaluación con el fin de mejorar el desempeño.

6. El contexto familiar, espacio privilegiado de aprendizajes, retos, creencias y expectativas para los niños y jóvenes. Los padres deben lograr una asistencia escolar estable y enfatizar la participación en el establecimiento y alcance de metas de los estudiantes.

7. La predisposición de los alumnos, los cuales deben internalizar que las normas y los condicionamientos son necesarios para labrar un futuro. El respeto, la responsabilidad y laboriosidad deben ser partes de una calidad educativa. Es hora de ver cómo andamos por casa. ¡Ha sido vencido un obstáculo! Ahora es hora de trabajar aquello que no corresponde. Solo así valdrá la pena tanta lucha y movilizaciones.

Isabel Ortiz Bernal

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