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“Pedimos que se escuche la legítima indignación de la población”, dice parte del comunicado dado a conocer por el consejo de Obispos de la Iglesia Católica paraguaya, que pide que el Gobierno escuche a la ciudadanía y lamenta la violencia durante la manifestación del viernes por la noche.
Además, fustiga a las fuerzas de seguridad por no haber previsto estrategias para evitar la violencia. “Los hechos demostraron que era posible una colaboración entre las fuerzas de seguridad y los ciudadanos que se estaban movilizando. Exhortamos a seguir ese ejemplo en futuras movilizaciones ciudadanas”, añade la nota.
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Los obispos reconocen que los ciudadanos “piden gestos, acciones y, sobre todo, resultados en la gestión pública con la provisión, en tiempo y forma, de los equipamientos, insumos y medicamentos que se requieren para hacer frente a las necesidades prioritarias de la población afectada por la enfermedad”, refiriéndose al coronavirus.
“En su reciente carta pastoral, los obispos han expresado que se constataba un quiebre de la confianza entre los ciudadanos y los que ejercen responsabilidades en el gobierno de la República. Es urgente restaurar la confianza de la ciudadanía en sus autoridades y fortalecer la convivencia con paz y seguridad”, se lee en el comunicado.
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La CEP llama a los ciudadanos a la “calma y la serenidad” y que “las manifestaciones sean verdaderamente una fiesta democrática y no una confrontación entre hermanos paraguayos donde tengamos que lamentar situaciones más graves”.
“Asumamos el desafío de gestionar la confianza y la credibilidad con la verdad, y con una administración justa y transparente. Las convulsiones sociales no son la terapia, sino síntomas de una sociedad que necesita un cambio eficiente y efectivo en la gestión y consecución del bien de todos”, finaliza la nota.