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La comunidad cuenta con unos 1.000 habitantes, dedicados en su gran mayoría a la actividad ganadera en pequeña escala, tiene un puesto de salud, donde acude de manera ocasional un profesional médico, desde el hospital de Fuerte Olimpo.
Sin embargo, los pobladores desean que el Ministerio de Salud, designe a un médico que trabaje de manera permanente en el puesto sanitario, a fin de garantizar la atención de la salud de las personas.
Mencionan que cuando no se tiene los servicios médicos, y de una manera especial en horario nocturno, deben hacer lo imposible por tratar de llegar hasta el hospital regional de Fuerte Olimpo, que dista a unos 30 km, la situación se complica de sobremanera en días de lluvias, atendiendo la precaria condición del camino de tierra.
Ante la imposibilidad de llegar hasta la capital del país para realizar el reclamo, atendiendo la enorme distancia por recorrer, decidieron enviar una nota al ministro de salud, con la firma de la gran mayoría de los pobladores, pidiendo se pueda realizar el nombramiento de un médico para el puesto de salud.
Argumentan en su nota la imperiosa necesidad de contar con el servicio de un galeno, no solo en este tiempo de pandemia, sino también por la seguridad de los pobladores, donde viven una gran cantidad de niños y personas de la tercera edad, quienes de manera constante necesitan los servicios de salud.
En el puesto de salud trabajan algunos licenciados en enfermería, mientras que una médica del hospital regional de Fuerte Olimpo acude al lugar a brindar su servicio de manera alterna.
Entre los años 1930 y 1950 en esta comunidad existía una fabrica dedicada a la extracción del tanino, en base a la elaboración del quebracho. En ese entonces la población del lugar superaba las 15.000 personas, sin embargo cuando se produce el quiebre de esta industria, como tantas otras dedicadas a la misma actividad en el Alto Paraguay, la población quedo reducida en pueblo fantasma, ante la migración masiva de sus pobladores.