San Carlos en el Alto Paraguay, comunidad estancada en el tiempo ante el olvido de sus autoridades

FUERTE OLIMPO. En la pequeña y humilde población de San Carlos sobreviven unas 35 familias en medio de una tremenda pobreza social, olvidadas por sus autoridades y estancadas en el tiempo. El lugar cuenta con habitantes mayoritariamente adultos y unos pocos niños, ya que los jóvenes migraron en busca de mejores horizontes hacia otras zonas.

La mayoría de las viviendas de la localidad de San Carlos son de karanda'y, varias de ellas en precarias condiciones a punto de ceder.
La mayoría de las viviendas de la localidad de San Carlos son de karanda'y, varias de ellas en precarias condiciones a punto de ceder.Carlos Almiron

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La localidad se ubica a unos 110 kilómetros del casco urbano de Fuerte Olimpo, hacia el interior del Chaco, y antiguamente en el sitio vivían unas 3.500 personas dedicadas a la extracción del quebracho de las selvas chaqueñas, que era enviado hasta Puerto Casado para la elaboración del tanino.

A inicios de 1990, cuando la empresa se declaró en quiebra, se produjo una migración masiva, solo quedaron en el sitio aquellas personas que no tenían dónde ir y comenzaron a trabajar como peones en las estancias que comenzaban a surgir por los alrededores, la mayoría pertenecientes a ciudadanos extranjeros.

Las casas de karanda’y datan de la época de prosperidad de la comunidad. Hoy, la mayoría de estas viviendas están por colapsar, ya que no se hicieron mejoras y solo algunas se fortificaron con material cocido.

En el sitio viven actualmente unas 35 familias, alrededor de 150 personas. Los pocos jóvenes que aún están por el lugar son trabajadores de estancias o simplemente realizan trabajos de alambrado o limpieza en los establecimientos ganaderos de los alrededores.

La población toda está asentada en una franja de 200 hectáreas, tierras pertenecientes a un ganadero de nacionalidad uruguaya, ya que los herederos de Carlos Casado procedieron a vender sus grandes propiedades y los inversionistas que las adquirían no se percataron de que dentro de las mismas existían poblaciones constituidas. Tal es el caso de las localidades de San Carlos y Toro Pampa.

Manuel Lagraña, presidente de la Junta Vecinal, mencionó que lo más urgente que necesitan es la titulación de las tierras, ya que existe un preacuerdo del propietario para ceder la fracción ocupada por estas familias. También se necesita la construcción de viviendas sociales, que puedan mejorar en algo la calidad de vida de estas personas.

Es urgente una rápida respuesta de parte del Estado para ayudar a estas familias; caso contrario, se corre el riesgo de que puedan desaparecer.

Familia sobrevive en la miseria ante abandono estatal en Fuerte Olimpo

Es en esta misma comunidad de San Carlos donde vive la familia Ferreira-Benítez, la heroica doña Evarista Benítez (70), quien en medio de su pobreza se encarga del cuidado diario de su hija de 47 años y de su marido don Daniel (76), ambos postrados en cama sin poder valerse por sí mismos.

La hija posee discapacidad desde su nacimiento, mientras que el marido sufrió un ACV hace 7 años. La familia sobrevive de lo poco que pueden pasarles sus humildes vecinos, pues el Estado los excluyó de la pensión por la tercera edad.

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