Obispo de Caacupé invita a pedir perdón y seguir el ejemplo de la Sagrada Familia

En el Día de la Sagrada Familia según la tradición cristiana, la celebración eucarística de este domingo en Caacupé fue presidida por el obispo Ricardo Valenzuela, quien invitó a los presentes a seguir el ejemplo de sencillez de vida de la Sagrada Familia.

Monseñor Ricardo Valenzuela
Monseñor Ricardo Valenzuela, obispo de Caacupé.Archivo, ABC Color

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El religioso invitó a “pedir perdón por no cumplir con nuestro rol en la familia, por perjudicar a nuestra propia familia con insultos, humillaciones, amenazas, maltratos y hasta muerte en los últimos de los casos”.

Al comienzo de su homilía, mencionó que “es importante recibir a los hijos como don, como regalo, cada niño que nace es un mensaje claro de que Dios todavía se acuerda de nosotros los hombres. El día que ya no haya más nadie que nazca entonces significa el fin de la humanidad”.

Dijo que la Virgen y San José enseñan a “acoger a los hijos como un don de Dios, es decir, recibir a los hijos como un don”, expresándose en contra del aborto.

En otro momento de su reflexión, recordó que la Sagrada Familia sufrió persecución, miedo, incertidumbre, incomodidades y momentos dolorosos y lamentó que en la sociedad actual muchas familias pasen por lo mismo, señalando que cada día se ve en las noticias y se lee en los periódicos las historias de refugiados que huyen del hambre, de la guerra y otros peligros.

“Gente del interior, sencilla, humilde todavía, inocente, va a la gran ciudad y ahí se encuentran con situaciones difíciles, no hay una auténtica acogida, no hay respeto, aprecio a los valores que lleva esa persona”, dijo.

Puso de ejemplo a las personas desalojadas, a aquellas que perdieron sus casas en incendios, aquellas que son víctimas de rechazos y explotación, víctimas de trata de personas, entre otros.

“Pensemos también en los exiliados, que podríamos llamarles exiliados ocultos, que se pueden encontrar dentro de nuestra propia familia”, comentó.

Esos “exiliados ocultos” son los ancianos, que a veces son tratados como presencias que estorban por estar en sillas de ruedas o postrados en cama.

“La manera para saber cómo es una familia es por la forma en que trata a los niños y a los ancianos”, aseguró monseñor Valenzuela.

“Dios está también allí en donde el hombre sueña y espera volver a su patria en libertad, proyecta y elige en favor de la vida y la dignidad, la suya y de sus familiares. En soñar cosas buenas, positivas, pero siempre honradas y honestas”, expresó el religioso.

“Hoy, nuestra mirada a la Sagrada Familia se deja atraer también por la sencillez de la vida que lleva esta familia de Nazaret, es un ejemplo que hace mucho viene en nuestra familia y ayuda cada vez más a convertirse en una comunidad de amor, reconciliación, donde se experimenta la ternura, la ayuda mutua y el perdón recíproco”, agregó.

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