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Vándalos abrieron un boquete en el tejado y arrojaron presumiblemente una bomba molotov, que causó el incendio y arrasó con el mobiliario, kits escolares y un servidor de internet recién instalado, además de un aire acondicionado e importantes documentos.
La profesora Gladys Gómez, directora de la institución, lamentó el hecho y dijo sentirse impotente, ya que al colegio asisten más de 600 alumnos en el turno mañana y tarde, de los cuales 12 tienen graves problemas de adicción a las drogas, sobre quienes recae la sospecha de haber provocado el incendio.
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La docente manifestó que ya activó el protocolo del Ministerio de Educación y Ciencias con respecto a estos adictos y se comunicó el hecho a la Supervisión de la zona. Dos de ellos fueron llevados por sus padres para su rehabilitación en el Centro Nacional de Adicciones, pero abandonaron el tratamiento y ahora están peor que antes.
Otro incluso ya estuvo en la cárcel y actualmente se encuentra con medidas alternativas. Dijo que la ley de inclusión y no discriminación no le permite apartar a estos adolescentes, pero tampoco cuenta con herramientas para poder tratar con ellos y darles un tratamiento adecuado, ya que ni siquiera cuentan con psicólogos que puedan ayudarlos a superar la adicción.
Afortunadamente, el incendio no se extendió a otras dependencias, pero es necesario tomar medidas sobre la situación, mencionó la profesora, visiblemente afectada.