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El hecho ocurrió a las 22:30 en la vivienda ubicada en el kilómetro 25 de la ruta 2 “Mariscal José Félix Estigarribia”, donde habitan Nelson Giménez y su esposa Rocío Britos, junto con su bebé de apenas 4 meses de nacida.
De acuerdo con el relato de la pareja, la pequeña se encontraba durmiendo ya en su cuna, mientras que sus padres se preparaban para acostarse.
En un momento dado escucharon un estruendo y, corriendo, fueron a revisar qué fue lo que sucedió. Ingresaron a la pieza donde estaba descansando su hija y se toparon con una desagradable sorpresa: el añoso árbol de samu’u cayó y derribó parte del techo.
En medio de todo el susto, tanto Rocío como Nelson procedieron a verificar si su hija se encontraba bien. Fue en ese instante que se percataron de que la misma se salvó de milagro.
Parte de los tejuelones y las tejas de cerámica de la casa afectadas por las ramas del árbol sí cayeron sobre la bebé; sin embargo, el mosquitero que tenía puesto amortiguó la caída de los materiales y los desvió a un costado del cuerpo de la pequeña, que al final quedó rodeada de algunos escombros.
Inmediatamente, sacaron a la niña de 4 meses y la llevaron a otra dependencia de la vivienda que no fue afectada.
El samu’u, bastante frondoso, creció en un patio baldío colindante con la casa de la familia Giménez Britos y, aparentemente, ya no resistió el peso de sus ramas y se partió a la mitad. Una de estas afectó gran parte de la vivienda, derribando el techo de chapa del corredor, así como el tejado de la casa.