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Silva dijo este miércoles que la situación “no es fácil” en su departamento pero que están haciendo todo lo posible por asistir a los pobladores afectados por la crecida. Por ejemplo, dijo que el acceso a Alberdi está vedado por vía terrestre.
El gobernador del departamento dijo que estima que son 30.000 los afectados, pese a que no hay números consolidados. La mayoría de los pobladores sufrieron la pérdida de sus cosechas y la muerte de sus animales. Sin embargo, también miles debieron desplazar sus animales a zonas más altas o venderlos. “No tienen qué comer”, dijo Silva.
Frente a esto, las autoridades de la gobernación y de las municipalidades tratan de asistir con abrigos, colchones y alimentos a los damnificados. Lo que no ayuda para paliar la situación son las lluvias, que no cesan en casi todo el país.
La situación climática seguirá inestable y Meteorología anuncia una suba mayor del nivel de los ríos, por lo que no se avizora una solución rápida al problema.