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Mientras los organismos del Estado y su prensa institucional ensalzan la actuación de la fuerza que aglutina a varias del orden que lucha -o lo intenta- contra la inseguridad, los resultados están a la vista: una población norteña que ha demostrado miedo y cinco secuestros en curso, sin evidencias ni estrategia para liberarlos.
Ley N° 5.036/13 dispone “el empleo de elementos de combate de las Fuerzas Armadas de la Nación en operaciones de defensa interna, en los departamentos de Concepción, San Pedro y Amambay”, es decir el nacimiento de la Fuerza de Tarea Conjunta, y con ese documento fue elegido el general de brigada Mario Restituto González Benítez como el primer responsable y durante su administración fueron secuestrados Arlan Fick -ya liberado, no rescatado- y el suboficial Edelio Morínigo, quien hoy sigue en manos del grupo criminal EPP, principal causa de la creación de esta fuerza.
Desde su creación apenas asumió Cartes, esta coalición vio pasar a seis comandantes, siendo el más breve de todos los mandatos el del general José Alvarenga, nombrado en agosto de este año ante los nulos resultados y cambiado nuevamente en noviembre; es decir, apenas estuvo tres meses.
Entre las pintorescas tácticas de combate al crimen organizado, resalta una campaña radial lanzada a finales de abril de 2015, ya ante la falta de resultados para localizar a los líderes del EPP. En la ocasión, se apeló a la “conciencia” de los criminales, pidiéndoles “por favor” que se entreguen a la justicia y hasta intentaron "seducirlos" con "ayuda jurídica" para resolver sus problemas e incluso un soporte económico. Obviamente, dicho emprendimiento fue un fracaso total.
A la fecha, la FTC no ha conseguido avanzar absolutamente en cuanto a rescatar o localizar al suboficial Morínigo. El del colono Abrahán Fehr también es un secuestro sin resolver y a éste se suman los plagios del Franz Wiebe, de 17 años, y el del ganadero Félix Urbieta, cuyos captores aún no han sido identificados.
La FTC cuenta con unos 1.200 uniformados a su disposición, quienes combaten a 26 hombres que componen la banda delictiva más trascendente de la historia del Paraguay. La existencia de este cuerpo ya le costó al Estado más de US$ 70 millones desde 2013 hasta 2016.