Rubén Villalba: “Cruzan y moriremos todos”

“Cruzan y moriremos todos”. Esta fue la advertencia que hizo el dirigente Rubén Villalba a los policías que incursionaron en Campos Morombí aquel 15 de junio de 2012, según los datos recogidos por la Fiscalía sobre la masacre que dejó 17 muertos.

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Los fiscales Nelson Ruiz y Juan Leonardi visitaron este jueves los estudios de ABC Cardinal para tratar de brindar claridad sobre la pregunta que para muchos sigue latente: “Qué pasó en Curuguaty”.

Los agentes del Ministerio Público expusieron al aire algunos de los elementos que se tomaron en cuenta para llegar a la condena contra Rubén Villalba y otros 10 campesinos procesados por la masacre del 15 de junio de 2012. Ambos investigadores reafirmaron que los policías que ese día pretendían desalojar el predio de Campos Morombí fueron emboscados por los ocupantes, quienes prepararon previamente el terreno de tal manera que pudieran sorprender a los uniformados y dejarlos en desventaja.

Según mencionaron, se encontraron evidencias como clavos “miguelito”, distribuidos de tal manera a inmovilizar las patrulleras y obligar a los agentes a continuar la incursión a pie, con el riesgo que ello suponía. De igual manera, los campesinos instalaron barreras con alambres cada cierto tramo, de acuerdo a los testimonios de los intervinientes. El fiscal Ruiz reafirmó que hubo una actitud agresiva por parte de los ocupantes ya desde antes de iniciarse el procedimiento policial, principalmente de parte de Rubén Villalba, quien fungía de líder del grupo.

“Hubo una amenaza previa; ellos ya tenían certeza de que se iba a hacer el procedimiento porque ya con la orden en mano se habló con ellos y se pidió que depongan de su actitud, pero Rubén Villalba dijo 'no vamos a salir' para seguidamente advertir que 'no vengan acá porque vamos a caer al dos por uno'”, detalló.

El agente mencionó además que cuando -en medio de la incursión a pie- el subcomisario Erven Lovera, jefe de la GEO, dio la orden de cortar el último alambrado improvisado instalado por los campesinos, inmediatamente Rubén Villalba lanzó un ultimátum. “Cuando se iba a cortar el último alambrado, Rubén Villalba le grita: 'Pasan esa línea y morimos todos'”, relató basado en los testimonios.

A su turno, el fiscal Leonardi se refirió a la alevosía con que actuaron los ocupantes, a tal punto de preparar el escenario con mujeres y niños en una primera fila, para hacer de “factor distractivo y para generar confianza para que los agentes se acerquen al punto cero. Ellas fueron puestas con esa función; momentos antes, 10 segundos antes del primer disparo, ellas son alertadas (para retirarse); inmediatemente uno de los ocupantes le jugó con una foisa (a Erven Lovera) y Lovera intenta salvarse, esquivarse de la foisa levantando el brazo derecho. Ese momento (en que Lovera levanta un brazo) aprovechó Rubén Villalba para dispararle en el espacio del costado de su chaco”, manifestó.

Los agentes del Ministerio Público ratificaron en todo momento que “tenemos testificales que confirman que Rubén Villalba efectúa el primer disparo. Esa circunstancia de que Rubén Villalba fue el que le disparó (a Lovera) se corroboró en el juicio; en pleno juicio se identificó a Rubén Villalba”, aseveró.

Sobre los argumentos de la defensa, Leonardi mencionó que entre las teorías presentadas para tratar de restar culpabilidad a los campesinos figura la idea de fracontiradores. “El francotirador usa armas de precisión de un solo tiro y también usa munición especial; sin embargo, los policías murieron por disparos de perdigones, balas de perdigones múltiples, es decir balas de escopeta”, refirió.

Con respecto a la teoría de que el primer disparo provino del helicóptero de la Policía que sobrevolaba la zona, recalcó que “el helicóptero era solo de observación”. Sobre este punto, el fiscal Ruiz respondió a la teoría vinculada al tubo que -según las imágenes- sobresale de la aeronave y que la defensa señaló que se traba del cañón de un arma larga: “La defensa pretendió dejar constancia de que era un arma larga, pero se vería claramente que se trataba del comando, del mando cíclico, que es un aparato que sirve para guiar; actúa como una suerte de timón, eso fue corroborable fácilmente”.

El juicio por la masacre de Curuguaty culminó el lunes, con la condena a los 11 procesados por el hecho. Las sentencias quedaron de la siguiente manera: 30 años de prisión más cinco de medidas de seguridad para Rubén Villalba; 20 años para Luis Olmedo; 18 años para Arnaldo Quintana y Néstor Castro, seis años para Lucía Agüero, Fany Olmedo y Dolores López, y cuatro años para Felipe Benítez, Adalberto Castro, Alcides Ramírez y Juan Tillería.

El fiscal Ruiz igualmente fue abordado sobre la hipótesis de que Rubén Villalba estaba encabezando y entrenando un grupo armado en la zona. “Estos datos fueron introducidos por personal de la Policía que hizo el relevamiento de datos y una investigación posterior al hecho”, respondió.

Mencionó que labriegos que estuvieron en el entorno confirmaron que Villalba buscaba un perfil más violento para las organizaciones. “Se han entrevistado posteriormente personas que fueron componentes y dijeron que 'desde que vino Rubén Villalba cambió toda la metología del accionar del grupo'”, indicó.

Ratificó que “él fungió de líder, arengaba a los mismos (campesinos) y daba entrenamiento”. “Aparentemente, daba preparación a esa gente; hubo personal que testificó eso y hay un informe”, reiteró. Aclaró que los campesinos que confirmaron todos estos datos “no quisieron ser identificados debido a que formaban parte de este grupo. Por eso hablamos de informantes NN”, recalcó.

Finalmente, Leonardi insistió en cuanto a la actitud agresiva que siempre mantuvieron los ocupantes del predio de Campos Morombí. “Ellos estaban dispuestos a matar y eso afirmaron ese día; gritaban '¡vencer o morir!' y ese es un grito que mantenían constantemente”, manifestó.

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