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Es raro que no se tome ninguna medida sobre los transportistas que siguen con sus reguladas, provocando aglomeración en los buses, que son focos de contagio galopante.
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Es triste comprobar que mientras el país clama por las vacunas, las escasas que llegan terminan siendo aplicadas a personas con influencia política y no a las que están realmente en riesgo.
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Lo de la senadora Gusinky es inexcusable porque además negó haberse aplicado la vacuna. Luego, el Ministerio de Salud mostró el documento con su firma que autoriza la aplicación.
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Otra cuestión que causa tristeza y rabia es comprobar cómo algunos inescrupulosos aprovecharon la crisis para hacer negocios y perjudicar a las arcas públicas y encima no fueron castigados.
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Al menos esta pandemia sirvió para verificar fehacientemente que los colorados siempre utilizaron las entidades binacionales para repartirse plata sin ninguna vergüenza ni escrúpulos.
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En todos los gobiernos siempre se utilizaron los gastos sociales como caja chica para financiar campañas electorales y gobiernos municipales y departamentales “amigos”.
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Al menos se esperaba que en esta pandemia tuvieran algo de sensibilidad para disponer que todo el dinero se utilice en el área de la salud.
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Al contrario, dejaron en claro su angurria y falta de empatía con la gente, con su negativa a renunciar de la “plata dulce”.
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Cuando uno mira la lista de parientes que tienen varios políticos en las binacionales, se da cuenta que lo que menos les importa a ellos es el bien común.
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Lo único que buscan, con honrosas excepciones, es llegar al poder para enriquecerse y favorecer a su grupo familiar y político.
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En este periodo, como en la época de Stroessner, está claro que algunos “Patraos” utilizan su influencia para atacar la libertad de prensa y perseguir a quienes investigan y denuncian.
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Por eso es que los políticos buscan primero que nada copar instituciones como el Consejo de la Magistratura y el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados. Para nombrar a “sus” jueces y fiscales y así tener impunidad cuando se les publican sus fechorías.