Che ndaha’éi presidente

Mientras en el Ejecutivo leen la Biblia y en el Ministerio de Educación y Ciencias insisten en que publicar escuelas en mal estado en pleno febrero es solo parte de una campaña mediática malintencionada, la incertidumbre que genera el inicio de clases va creciendo de manera exponencial.

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Padres que todavía siguen en la duda de si envían o no a sus hijos e hijas a las clases presenciales por temor al contagio del covid-19; personas en el interior del país en el que claman porque la vuelta a las aulas sea “in situ” debido al nulo acceso a la tecnología y a la deficiente señal de internet, son situaciones que a las autoridades les tienen sin cuidado. A esto se suma, el anual reclamo de los diferentes gremios de maestros caos a la crisis que se desata año a año en torno al punto de partida del sistema de enseñanza de nuestro país.

Entre tanto el presidente Mario Abdo Benítez se zambulle en Efesios, buscando la forma de acallar a quienes se le rebelan por sus pensamientos, obras y omisiones, el mismísimo Apocalipsis se desata sobre el territorio paraguayo. Hace una semana amanecíamos con el incendio de uno de los depósitos de alcohol de PETROPAR (Villa Elisa), provocado, dicen las fuentes oficiales, por la caída de un rayo sobre el mismo. Después de 36 horas de batalla contra las llamas, librada por los Bomberos Voluntarios, la situación dejó al desnudo que una de los principales motores que mueven al país se encuentra en total estado de vulnerabilidad debido a que el sistema de pararrayos no funciona, pese a tener una brigada de bomberos, no se cuenta con un sistema de alarma ni mucho menos con los químicos en cantidad apropiada para combatir el fuego con mayor efectividad.

En otro punto, no muy lejano una escuela se derrumbó parcialmente a solo semanas del inicio de clases. La escuela Puerta del Sol, quedó prácticamente inservible y dejó a la deriva a cientos de chicos. Calificada como una “desgracia con suerte”, menos mal que el hecho ocurrió cuando nadie estaba en el lugar.

Este país realmente es un verdadero kilombo. No decimos que las cosas se solucionen con un chasquido de dedos. Pero las autoridades, cuanto menos deberían mostrar un poco de interés en ser empáticos y mostrar voluntad para solucionar este caos que a medida que pasan los días va empeorando. Solo nos resta seguir reclamando porque “Che ndaha’éi presidente”.

mescurra@abc.com.py

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