Las mandarinas de Felicita

Ella hubiese tenido hoy 28 años de edad, tal vez hubiese formado una familia, tal vez hubiese venido a la capital desde Yaguarón para estudiar y conseguir mejores oportunidades de trabajo o tal vez seguiría recorriendo con su canasto lleno de productos las calles de su ciudad buscando ganarse la vida. Tal vez... tal vez...

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Ella se llamaba Felicita Estigarribia y en el 2004 era una niña de 11 años que recorría las polvorosas calles yaguaroninas con su canasto lleno de mandarinas tratando de venderlas y llevar a su casa el dinero para el pan. Pero en esa carrera por la búsqueda de la buena fortuna, la muerte le ganó de mano de la forma más cruel. Felicita fue encontrada muerta con indicios de haber sido abusada sexualmente y su cuerpo fue abandonado a los pies del cerro Yaguarón. Mañana, 31 de mayo, harán 17 años de ese hallazgo. El abuso y la violación a niñas, niños y adolescentes es moneda corriente en nuestro país y según las estadísticas, en la mayoría de los casos se da dentro del núcleo familiar. Es decir, la víctima conoce y a veces hasta convive durante toda su vida con el agresor. En otro tiempo, denunciar al tío, el abuelo, el primo, el vecino, el hermano u otro allegado era mal visto porque “dejaba mal parada a la familia”; esa cultura del ostracismo no hacía más que alimentar el dolor y calar huellas traumáticas imborrables en la víctima. Hoy la realidad es otra, hoy al menos existen herramientas con las que las víctimas pueden alzar su voz sin miedo a que las señalen, sin miedo a quedar como la “vergüenza de la familia”, sin miedo a quedarse calladas porque “de eso no se habla”.

#TodosSomosResponsables se denomina la campaña que junto con #HacéTuParte es llevada adelante por el Ministerio de la Niñez y la Adolescencia (MINNA). Según esta cartera de Estado, como resultado de dicha iniciativa tenemos que en el primer cuatrimestre de este año se reportaron un 30% menos (en promedio) de denuncias de abuso sexual, en comparación a los primeros meses del año pasado, tanto en el servicio 147 Fono Ayuda, que recibió 291 denuncias por este hecho (de enero a mayo 2021); y los casos judicializados (entre los que se cuentan las denuncias recepcionadas en Fono Ayuda) por el Ministerio Público, que fueron 848 casos (de enero a abril de 2021). Aunque hayan disminuido, las cifras nos interpelan y nos invitan a estar alertas. Los abusadores están más cerca de lo que creemos y de lo que creían nuestros padres. Dañar la infancia de una manera tan ruin, aprovecharse de la vulnerabilidad de criaturas inocentes manoseándolas, violándolas y obligándolas “mantener el secreto” no solo merece la cárcel, merece la castración química o la muerte.

mescurra@abc.com.py

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