Insaciables

Por “obra y gracia” de la pandemia del covid-19, las autoridades municipales del Paraguay fueron premiadas con un año más en el poder. O sea, fuimos obligados todos los paraguayos a soportarlos un año más.

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Sin embargo, con todo eso, algunas de ellas aparentemente no están aún del todo satisfechas. En Salto del Guairá, la administración a cargo del intendente Carlos Cesar Haitter (exPDP) y sus socios concejales manejaron cerca de G. 500.000 millones en estos seis años, pero antes de salir, quieren endeudar a la Municipalidad por otros G. 70.000 millones.

La cuenta que quieren hacer, y dejar para que el siguiente gobierno pague, es para la construcción de una planta de bombeo de agua potable para la ciudad. Una obra necesaria –hay que decirlo– pero que no corresponde licitar a las apuradas como lo están haciendo, con una ansia infame de firmar un contrato con alguna empresa amiga.

Un proyecto complejo y que deberá garantizar la provisión de agua por los próximos 30 años, cuanto menos, debería ser analizado y proyectado con suficiente tiempo y rigor para que termine siendo una solución al deficiente servicio de agua en manos de las juntas de saneamientos, y no uno igual que represente corrupción e ineficiencia desde su nacimiento.

Y menos aún se puede improvisar en una ciudad como Salto del Guairá que, con todos los recursos con que cuenta gracias a la compensación que recibe por sus saltos inundados, está creciendo en forma desordenada en todos los campos.

Cuanto menos, un proyecto de esta naturaleza -si se va hacer bien- representará romper asfalto, veredas y otros, y por lo tanto se hubiera hecho un proyecto multiinstitucional que incluya además a la ANDE y las empresas de internet y telefonía.

Se podría también aprovechar para corregir la nefasta obra del alcantarillado sanitario que este mismo intendente, en su otra administración, se encargó de construir con tal deficiencia, que hasta hoy la ciudad no tiene un servicio de desagüe cloacal abarcante.

En son de agradecimiento a la oportunidad que tuvieron, con yapa incluida, este gobierno debería dejar las cuentas saneadas para que el que viene, aunque no encuentre un centavo en su caja, por lo menos pueda arrancar su periodo sin una deuda tan suspicaz como fue todo el periodo de este gobierno.

rduarte@abc.com.py

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