Asunción de miedo

Hubo una época en que caía el sol y el vecindario salía a sentarse en sillones de mimbre en las veredas del centro de Asunción. Hoy día ningún vecino en su sano juicio se sentaría frente a ninguna casa céntrica a no ser que fuera una vereda blindada, una silla tanque y un tereré de acero.

Cargando...

El centro de Asunción experimenta un retroceso que inspira terror. Calles mal iluminadas y desiertas, veredas que parecen salidas de un terremoto, casas abandonadas con puertas semi abiertas invitando al cobijo de drogas, alcohol y abusos varios, pululan. Quien alguna noche cualquiera se dé una vuelta por el microcentro capitalino verá una ciudad cuasi fantasma a no ser por algunas pocas cuadras donde aún tratan de sobrevivir un par de mesas con karaokes, comidas, cervezas artesanales o cafés mientras intentan no dejarse devorar por la delincuencia.

El tradicional Lido Bar –cuyos deliciosos platos han sobrevivido a todas las turbulencias, manifestaciones, protestas, dictadura y golpe de estado en la capital del Paraguay– está a punto de sucumbir ante la violencia. Entre un cliente que ha terminado con un tenedor clavado en la pierna y un guardia que fue forzado a renunciar tras amenazas, el centro gastronómico de nuestros “pira caldo” se retuerce de espanto.

La semana que pasó y alrededor de las 20:00, no muy lejos del Lido y a 30 metros de la Comandancia de la Policía Nacional, Gustavo iba sobre su bici cuando un furibundo hombre se le abalanzó con un machete oxidado que presionó sobre su cuello para que entregara el biciclo y no ofreciera resistencia. El criminal intentó correr con celular, rodado y machete pero no lo consiguió. Un policía frente al Cabildo que vio todo lo ocurrido al ciudadano no lo auxilió: esgrimió que no podía abandonar su guardia.

Cuando consultamos sobre todo esto al ministro del interior Arnaldo Giuzzio él tuvo que confesar que la Policía Nacional le entregó un plan pero que hasta el momento no se veía nada… Esa misma tarde se vio una dotación policial formando aparatosa fila en una de las plazas, pero tal exhibicionismo no servirá de mucho si no emprenden una revolucionaria y sistemática presencia de organismos de seguridad.

Otra salida es que nos cuenten que han liberado el centro para que cuando caiga la noche todos corramos por nuestras vidas. Cualquiera que sea el plan, ¡que nos cuenten!

Y si el plan es que no hay plan, hay que advertir a propios y extranjeros que entre el gobierno central, la policía nacional y la municipalidad planean exitosamente acabar… pero con el centro de Asunción del Paraguay, tus naranjos y tus flores, tus baches y el miedo sin igual.

mabel@abc.com.py

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...