OEA, Mercosur, Unasur, Prosur...

Un nuevo organismo de integración regional está naciendo: Prosur, con la presencia de Argentina, Brasil, Colombia, Paraguay, Uruguay y Chile. ¿Servirá para algo?

Cargando...

Los presidentes de estas naciones sostienen que es tiempo de crear un nuevo instrumento para mejorar la cooperación entre los países sudamericanos y preservar, al mismo tiempo, el sistema democrático como forma de gobierno.

Así, de buenas a primeras, cualquiera diría que la iniciativa es correcta y no hay nada que objetar. Si los objetivos son loables, adelante con otro organismo supranacional más.

El problema radica en que ya hemos visto esta película en varias ocasiones y luego de una inauguración con bombos y platillos, la realidad opaca la intención y unos cuantos años después reaparece la necesidad de inventar una nueva organización multilateral.

Recordemos que en nuestro continente ya tenemos la Organización de Estados Americanos, la OEA, que debería ser el espacio natural, amplio y suficiente para tratar los acuerdos, convenios o litigios entre todos los países miembros. Pero no, tuvimos que ir creando acuerdos menores entre naciones vecinas, multiplicando y complicando las redes internacionales.

México, Colombia, Perú y Chile crearon la Alianza del Pacífico, un bloque que busca impulsar la cooperación y el progreso de las naciones que tienen costas sobre el citado océano.

Luego surgió la Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe (ALBA), una propuesta de integración promovida desde Venezuela por el presidente Hugo Chávez, en franca contradicción con el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

Las naciones más pequeñas del sur, Uruguay, Paraguay y Bolivia, crearon su propio organismo de integración, la URUPABOL, de cuya existencia no se sabe mucho.

Sí surgió con grandes ínfulas el acuerdo del Mercosur, firmado en Asunción y originalmente integrado por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay. Después se adhirieron Bolivia, Chile y Venezuela. La única vez que el Mercosur hizo algo fue cuando suspendió de inmediato a Paraguay como socio activo debido al juicio político a Fernando Lugo.

Cuando en algunos países se consolidó la ideología política del socialismo del siglo XXI, de orientación izquierdista, los presidentes Hugo Chávez de Venezuela, Rafael Correa de Ecuador, Evo Morales de Bolivia, Lula da Silva de Brasil y Néstor Kirchner de Argentina, fundaron la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR). Este organismo fue perdiendo fuerza a medida que sus principales gestores fueron despojados del poder por graves casos de corrupción y un retroceso hacia una dictadura, como sucedió con Venezuela. La estatua que homenajeaba a Kirchner en Quito fue derribada.

En estos días, varios presidentes políticamente identificados con la derecha, se reúnen en Santiago de Chile, invitados por su par local, Sebastián Piñeira, para crear PROSUR, una organización de cooperación regional que va a reemplazar a Unasur. Los jefes de Estado se reunirán, habrá enérgicos discursos alabando la integración, disfrutarán un rico almuerzo y luego la vida sigue igual.

La creación de más organismos internacionales de cooperación no representa en realidad un progreso significativo en la vida de nuestras naciones. Nos llenamos de papeles, de rimbombantes declaraciones y costosas cumbres, pero en lo que concierne a Paraguay, el Mercosur no nos ha ayudado en nada, aunque sí nos hace gastar un montón de plata porque tenemos unos extraños legisladores “parlasurianos” que nadie sabe para qué sirven. Y así nos va.

ilde@abc.com.py

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...