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“El 90% de la ciudad está bajo agua”, dijo desesperado el intendente de Pilar, Alfredo Stete (ANR), en conversación con ABC Cardinal en la mañana de ayer. En esos momentos, en la capital del Ñeembucú se registraba un “diluvio” que colapsó el sistema de desagüe del muro de protección del río Paraguay, por lo que se dispararon la alerta roja y el pedido de auxilio a las instituciones del gobierno central.
La parte eléctrica de las motobombas fue alcanzada por las aguas, por lo que debieron parar el funcionamiento. En esos momentos, en medio de la desesperación, solicitaron el envío de manera urgente de motobombas portátiles de gran capacidad, “como usan los arroceros”.
Horas después, luego de alzar el nivel de los equipos de bombeo volvieron a operar para desaguar la ciudad donde se produjo un efecto palangana por la cantidad de lluvias.
En doce horas, de 3:00 a 15:00, hubo 300 mm de precipitaciones, volumen que se juntó con el registrado en las últimas 48 horas y sumaron 364 mm.
El desmoronamiento y la caída de la baranda de la estructura del caminero del muro de defensa sobre el cual se asienta la costanera de Pilar en la costa del arroyo Ñeembucú también generaron susto en la población. Sin embargo, el Centro de Operaciones de Emergencia (COE) de Ñeembucú aclaró que todo estaba controlado, que el muro está a más de dos metros del nivel del río Paraguay.
En horas de la tarde solo se registraron lloviznas intermitentes, lo que calmó un poco los ánimos de la población.
Un intenso trabajo interinstitucional para el rescate de las familias afectadas por las lluvias se llevó a cabo por la tarde. Se habilitaron albergues para el auxilio de los damnificados que, según el COE, llegó a 10.150 familias, mientras en todo el departamento supera 18.000 familias afectadas.
En Pilar evacuaron los barrios Mbokajaty, Ytororo, Obrero, 12 de Octubre, 8 de Diciembre, San Lorenzo, San Antonio, San Miguel, San Francisco, San José, Villa Parque, Guaraní, Puerto Nuevo, San Pablo y Las Esperanzas y las compañías.