Caña de azúcar como fuente de forraje en el Chaco Central

La caña de azúcar es una alternativa forrajera para periodos de escasez en el Chaco. Son muchos los productores del Chaco Central que poseen sus propios cultivos para uso como fuente de forraje en periodos críticos.

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Estos productores utilizan variedades y cuidados culturales particulares. Aun así, frecuentemente, se importan a la zona del Chaco Central volúmenes importantes de caña de azúcar con el objetivo de paliar los estragos de épocas secas. Este trabajo recopila información relevante sobre el cultivo y utilización como forraje de la caña de azúcar en el Chaco Central.Es claro que la distribución de este cultivo en el Chaco obedece a varios factores, siendo los más importantes el pluviométrico promedio, el tipo de suelo y otros relacionados a las actividades antropomórficas, como el acceso a los centros colonizadores y el acceso a asistencia técnica.
Se han observado cultivos de diversas dimensiones, en diferentes comunidades de la ribera del río Paraguay. Esto desde la zona de Benjamín Aceval, donde la caña es un cultivo agrícola comercial, hasta las comunidades de Alto Paraguay. También hemos encontrado caña de azúcar en pequeñas parcelas en la zona del bajo Pilcomayo, hasta la localidad de Teniente E. Martínez.
En el Chaco Central, el cultivo se encuentra ampliamente difundido, siendo utilizado como fuente de forraje en los establecimientos de producción lechera. Interesantemente, es más común en las comunidades al sur de las colonias mennonitas que en aquellas ubicadas al norte.
Los cultivos antes mencionados han sido observados en una diversidad de suelos, desde franco-arenosos (Benjamín Aceval y Chaco Central) hasta suelos más pesados.
En el Chaco Central, la creencia es que solo los suelos tipo campo, de características arenosas y franco-arenosas son adecuados para un cultivo; también se encuentran parcelas de buen desarrollo en suelos tipo monte o pesados, generalmente del tipo Luvisoles.
VARIEDADES
En el Chaco Central, diversas variedades han sido introducidas ocasionalmente por comerciantes ambulantes, mediante la importación de forraje de emergencia y por la actividad de las agencias locales de extensión.
En un breve recorrido por la zona, se han colectado 3 diferentes variedades identificadas como: C 421/ Perón, CB4176/Campo Pytã, Tuc 56/19-Choto; estas variedades son de maduración tardía o mediana a tardía. Las mismas prácticamente ya no son utilizadas en forma comercial en otras partes del país.
Estas variedades son de buen rendimiento en finca del productor, y se ha encontrado bastante difundida. Las mismas fueron introducidas mediante una prueba de variedades realizada por el Servicio Agropecuario de la Cooperativa Chortitzer Komitee. Estas han mostrado rendir 26 kg/planta de caña en finca de productores locales, con una densidad de 4x1 metro entre plantas.
La selección de la variedad a ser cultivada se basó inicialmente en la disponibilidad de semilla, y posteriormente en la preferencia de los productores. En la zona, no siempre se dispone de semillas adecuadas para el cultivo de nuevas parcelas. Interesantemente, los mismos productores hacen la selección de la variedad cultivada con base en criterios propios.
Uno de los referentes locales consultados indicó que él había descartado antiguas variedades por baja producción y dificultad de manipuleo (abundante pilosidad). Así, algunos criterios utilizados por productores son: cosecha todos los años (tolerancia a sequía); fácil manipuleo; propósitos múltiples (forraje, miel).
CULTIVO
En el Paraguay, la siembra de la caña de azúcar se realiza generalmente con las primeras lluvias importantes en primavera, posibilitando un buen desarrollo de los cultivos durante la temporada estival. En el Chaco Central, las lluvias adecuadas para la plantación ocurren por lo general a mediados del último trimestre del año. Sin embargo, la mayor probabilidad de ocurrencia de lluvias de importancia aparece en los primeros meses de cada año. Esto, basándose en datos climáticos de 50 años de la localidad de Loma Plata.
La densidad de plantación de caña de azúcar recomendada para cultivos comerciales en el país es de 8 a 10 t/ha, aunque a nivel productor es común encontrar plantaciones con alrededor de 6 t/ha. Esta plantación es en surcos con distancias de 1,3 hasta 1,6 metros entre surcos.
En el Chaco Central son comunes plantaciones por estaca con el fin de la producción de forraje. Las estacas, con 3 a 4 yemas, son plantadas habitualmente en hileras con un arreglo espacial de 1 metro entre plantas y 4 metros entre hileras. Este sistema de plantación demanda mucha menos cantidad de semillas que la plantación convencional (0.6 a 0.7 t/ha de semilla vegetativa).
SEQUÍA VS. DENSIDAD
DE SIEMBRA
La densidad de siembra utilizada en el Chaco Central es un factor importante para el éxito del cultivo. Esto, considerando que la limpieza oportuna del espacio entre hileras aumenta la disponibilidad de agua para el cultivo, lo que contribuye a asegurar alguna cosecha. Consultas realizadas en la zona indican que productores obtienen cosechas todos los años, inclusive en años de sequía, utilizando el arreglo espacial de 1x4 metros.
Actualmente, el cultivo de caña de azúcar en el Chaco Central es mayormente por estacas. La preparación de suelo para la plantación es generalmente mecánica. Son frecuentes una o dos carpidas manuales en las hileras. Los espacios entre hileras (4 m) se mantienen libres de malezas en forma mecánica, con rastra niveladora o carpidora, a tracción animal o motorizada.
PLAGAS
Diversas plagas son comunes en los cultivos de caña de azúcar en el Chaco Central. La más relevante desde la perspectiva de los productores es el kupi’i o termita. Esta plaga frecuentemente es responsable de la destrucción casi completa de cultivos.
FUENTE DE FORRAJE
La caña de azúcar es fuente importante de forraje en tambos lecheros del Chaco Central. Algunos productores consultados han mencionado que se encuentran utilizando este cultivo como forraje para lecheras por décadas. Si bien suele ser utilizada todo el año, la caña de azúcar es especialmente relevante en los periodos críticos de sequía y la estación invernal. Durante estos periodos, la misma proporciona alimento energético de calidad a los animales.
Como regla de pensamiento, 1 ha de caña de azúcar es suficiente como complemento en la dieta de 30 a 40 lecheras, en los sistemas de producción que tienen como fuente principal de forraje pasturas cultivadas de Gatton panic, Estrella y Pangola.
Es frecuente encontrar productores que suplementan con caña de azúcar sola, picada o mezclada con heno o silaje de sorgo, luego del ordeño.
Don Luciano Portillo es uno de los productores del Chaco Central que suplementa con caña picada manualmente a sus lecheras. Según el mismo, el corte debe realizarse en trozos pequeños (<10 cm) para terneros medianos a grandes, y trozos grandes para animales adultos.
El periodo cuando la caña de azúcar es utilizada más intensamente va desde el mes de junio a fines de setiembre. Este periodo puede extenderse a los meses siguientes, en años en que la sequía se prolonga dentro de la primavera.
OTROS USOS
La producción casera de miel de caña es otro uso de la caña de azúcar en el Chaco Central. La miel de caña es un suplemento alimenticio para la familia. El mismo es fuente importante de minerales, y además es sustituto adecuado del azúcar comercial.
Otro uso interesante de la caña de azúcar en el Chaco Central es el de cultivo protector, esto principalmente como barrera rompeviento. Con espacios entre hileras adecuados (> a 4 m), otros cultivos, como poroto, sorgo, entre otros, pueden realizarse entre las hileras contribuyendo a mantener el cultivo de caña libre de malezas.
COSTOS
El análisis de los costos de producción a nivel local muestra que una hectárea de caña de azúcar cuesta alrededor 500 a 600 mil guaraníes. Esto, considerando técnicas locales de cultivo por estaca.
Por otro lado, la caña de azúcar suplementada a vacas lecheras, puesta en batea para el consumo de los animales, cuesta 121 G/kg, que es un valor comparable al de otras fuentes de forraje para periodos críticos.
Sin embargo, gran parte del gasto antes mencionado (114 G/kg) corresponde al uso de mano de obra. En el supuesto de la utilización de mano de obra familiar, esta alternativa forrajera valoriza y da ocupación a los miembros de la familia.


(*) Técnico y profesor de la
Estación Experimental Chaco Central.
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