Cómo funcionan las levaduras

Se la considera el cultivo más antiguo realizado por el hombre. Además, dio nacimiento a la biotecnología y tiene gran importancia por su intrínseco valor alimenticio.

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En su estado puro es un complemento rico en proteínas y vitaminas del grupo B, ideal como suplemento en dietas. La levadura es un pequeño microbio de características vegetales que se utiliza para hacer crecer la masa del pan y elaborar bebidas alcohólicas, como el vino, la sidra y la cerveza. Es una gran aliada en la cocina, nos ayuda cuando queremos hacer una torta esponjosa  y cuando hacemos cualquier masa tanto de pizza como de empanada, ya que permite dar una forma más suave a los alimentos.
Es en sí un alimento muy nutritivo, rico en proteínas y vitaminas del grupo B. Los residuos de levaduras procedentes de la fermentación se procesan para elaborar pastas untables e ingredientes para una amplia variedad de productos, desde aperitivos hasta carnes procesadas.

Su descubrimiento
Durante miles de años se ha utilizado en la elaboración de pan y bebidas alcohólicas. Es muy probable que la primera mezcla de levadura con los demás ingredientes del pan fuera fortuita. De igual modo, como este microbio se presenta de forma natural en la piel de la uva y en los granos, cabe suponer que los orígenes de la cerveza y el vino radicasen en zumo de uva o gachas (especie de papilla a base de cereales y agua) que no se consumieron de inmediato. También cabe la posibilidad de que el primer pan hecho con levadura surgiera al verter accidentalmente una bebida alcohólica en la masa del pan ázimo.

Con el transcurso de los siglos, la elaboración del pan se convirtió en un arte. Sin embargo, la ciencia tardó bastante tiempo en ponerse al día al respecto. Hubo que esperar hasta 1676 para que un fabricante de lentes holandés, llamado Anton Leewenhoek, inventara el primer microscopio. Este invento fue lo que posibilitó la identificación de los microbios, incluida la levadura. En 1859, Louis Pasteur, padre de la microbiología moderna, descubrió el modus operandi de la levadura. Al alimentarse de azúcares derivados del almidón presente en la harina, este microorganismo produce dióxido de carbono. Dicho gas dilata las proteínas del gluten que contiene la harina, produciendo la expansión de la masa. Debido a su facultad de hacer crecer la masa y producir hogazas de buen tamaño, textura y sabor, los científicos se dedican hoy en día a cultivar distintas variedades de levadura de panadería.

Para comprender el papel que juega la levadura en la masa es preciso recordar que esta se nutre principalmente de azúcares y compuestos nitrogenados; y que sus enzimas transforman los azúcares en gas carbónico y alcohol.

La levadura en la dieta
La levadura de cerveza desecada virgen se obtiene a partir del hongo unicelular Saccharomyces cerevisiae luego de una serie de procesos industriales. Es inactiva, es decir, no fermenta carbohidratos ni produce anhídrido carbónico como sí lo hace la que se emplea en panificación.
Por su alto contenido en proteínas, vitaminas, carbohidratos, minerales y fibras, la levadura de cerveza desecada virgen es un excelente complemento de la dieta diaria. Se la recomienda como suplemento durante el embarazo, la lactancia, a lo largo del desarrollo infantil, en la adolescencia, entre los deportistas y los mayores con algún déficit alimentario. También como antioxidante natural, en pacientes oncológicos, quemados, anémicos y en los posoperatorios.

La levadura de cerveza virgen refuerza el sistema nervioso, favorece el normal funcionamiento cerebral, fortalece la piel y el cabello, y promueve la síntesis de hormonas tiroides, progesterona y testosterona.

Por sus características físicas, se puede combinar en cualquier proporción con leches, yogur, azúcar, cereales, jugos de frutas, infusiones, verduras deshidratadas en polvo, sopas, ensaladas, carnes picadas, entre otros.

Su importancia como suplemento nutritivo radica en que sus proteínas contienen todos los aminoácidos considerados esenciales por la Organización Mundial de la Salud y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

La ingesta de 20 gramos (se recomienda una cucharada sopera colmada) por día corresponde al 17% de la dosis diaria recomendada (DDR) de 65 gramos por día de proteínas para un hombre adulto de 70 kilos. De ahí que sea un suplemento para dietas bajas en calorías y para las deficitarias en proteínas.
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