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"Paiko Sinfónico" es el nombre del nuevo desafío en el que Enrique Zayas, Carlo Borghetti, Rodrigo "Afi" Ferreiro y Sebastián Gulino, compartirán escenario junto a los 90 músicos de la Orquesta Sinfónica Nacional, el próximo viernes 23 de septiembre.
La combinación de los mundos clásico y eléctrico serán el motor de esta puesta en conjunto entre el maestro Juan Carlos Dos Santos director de la Orquesta Sinfónica Nacional y Paiko, basado en las obras del artista paraguayo en combinación de dos mundos: el clásico y el eléctrico.
En entrevista con ABC Digital, Enrique Zayas voz y guitarra nos habla de esta nueva aventura musical que en unos días llevará al escenario del teatro del Banco Central del Paraguay, junto a sus compañeros de ruedo. Además, aprovecha para recordar los primeros tiempos de la agrupación, sus referentes musicales y su postura en cuanto a propiedad intelectual y la vigencia del canon digital.
-¿Cómo decide Paiko reinventarse y convocar a la Orquesta Sinfónica Nacional para el "Paiko Sinfónico"?
-En realidad el maestro Juan Carlos Dos Santos nos propuso hacer el Paiko Sinfónico, luego de un show en el que actuamos juntos: Paiko y la Orquesta Sinfónica Nacional, en el aniversario del Bolsi. Fue en diciembre del año pasado. Hicimos tres canciones, y una de ellas con Gloria del Paraguay. Salió tan bien y el público se quedó muy sorprendido con la fusión, y así surgió la propuesta, que a nosotros nos encantó. ¡Tener a una orquesta de 90 músicos tocando tus canciones no se logra todos los días!
-Los arreglos están a cargo de Remigio Pereira. ¿Cómo se vivió la etapa de preproducción del concierto y la toma de decisiones artístico-musicales?
-El borrador de repertorio ya lo habíamos dibujado en diciembre del año pasado, y en junio de este año fijamos el repertorio titular del show en nuestra sala de ensayo, junto con Remigio Pereira. Realmente fue muy complicado, ya que muchísimas canciones de Paiko, de todos los álbumes, se prestan para ser versioneadas a lo sinfónico. Seguimos nuestra intuición, y por suerte Remigio y toda la Sinfónica nos dieron total confianza con la elección de repertorio.
-Desde "Al natural" (2000) hasta "Bien vivo" (2010), ¿cómo se define la evolución musical de Paiko, tanto en lo compositivo como en presentaciones en vivo?
-En lo compositivo, estamos más compenetrados. Tenemos más facilidad de crear ideas y escribir canciones. En vivo ahora se disfruta más. Estamos más relajados, más enfocados en transmitir buenos momentos, porque nos sentimos más sueltos, más seguros, y eso se refleja en la expresión musical y corporal de cada uno de nosotros.
-En ocasiones comentaste padecer en carne propia los efectos de la piratería de los discos de Paiko. Desde hace tiempo se te reconoce como una de las "voces cantoras" a favor del respeto de la propiedad intelectual y, en los últimos tiempos, como defensor del canon digital.
-La piratería mata. Especialmente a artistas de clase media como nosotros, que no somos Coldplay, Metallica o Sting, entonces necesitamos poder cubrir nuestros costos con la venta de discos.
Creo que tenemos que formalizarnos, como lo hacen grandes bandas y grandes artistas en el mundo. Desde Pink Floyd, Guns N Roses, Rolling Stones, Soda Stereo, Beatles, Juan Cancio Barreto, Flou, Maná, Juanes, pasando por Charly García, etcétera. Todos trabajan dentro del sistema de derechos autorales. La Remuneración por Copia Privada (Canon Digital) es una rama del derecho de autor, y los que abonan este canon son los importadores y no la ciudadanía.
-Dentro del nuevo panorama de las bandas locales, ¿cuáles son las que más te gustan, con quienes te gustaría compartir escenarios o proyectos en común?
-Tuve la experiencia de ser invitado por Revolber hace unas semanas para cantar una canción ("El Barba"), que ya la había grabado años atrás con ellos. Fue en el lanzamiento de su DVD en el Ferrocarril. Salamandra, Asunzion, y The Tempranos son bandas que me gustan escucharlas en vivo.
-¿Cuál es la música que más escuchás últimamente y son las más influyentes en tu vida y en la banda?
-Escucho de todo un poco. El año pasado fui al show de Paul McCartney a Buenos Aires, y este año fui al de Jamiroquai: dos mundos diferentes. No escucharía en mi casa cachaca ni reggaeton. En una disco, con una bella señorita, si no queda otra, me tengo que aguantar
(Risas).