Cuidemos el líquido vital

50 ANIVERSARIO. ALEGATO A FAVOR DE LA VIDA. (Publicación del 26-08-2007). Es placentero abrir la ducha para bañarse y que el agua tenga buena presión. Ni qué decir tomar un refrescante vaso con agua después de una caminata en un día de verano. Pero rara vez nos detenemos a pensar en la importancia del agua y sus cuidados.

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Para los paraguayos es normal regar las plantas con abundante agua, usarla en el aseo personal o en la cocina, sin restricciones. Sin embargo, conviene recordar que según estudios el 97% de los recursos hídricos del planeta se compone de agua salada y solo el 3% es agua dulce. En este sentido, el acuífero Guaraní de Paraguay es un mina de este oro líquido.

Paraguay es uno de los pocos países de América que no cuentan con la ley o un código de aguas (falta la promulgación del Ejecutivo) y con ello conforma uno de los factores que atenta contra su disponibilidad; sin embargo, en Europa quien usufructúa comercialmente un bien del Estado, paga por ello.

“Si las empresas siguen sacando agua al mismo ritmo actual, por ejemplo del sobreexplotado acuífero Patiño, sin ningún control o regulación, quedarán sin agua, sin negocios y fuera del mercado, advirtió en una entrevista publicada en “Iniciativas Ciudadanas”, Félix Villar, presidente de la Asociación Paraguaya de Recursos Hídricos. Peor aún será la situación si no se pone freno a las cloacas domésticas que se tiran en el río sin ningún tipo de procesamiento.

Existen áreas del planeta que están con déficit de agua para consumo humano y son sociedades de gran poder adquisitivo donde una botella de agua de 500 cc, en Madrid, España, por ejemplo tiene un costo de 2 euros (G. 14.000, aproximadamente). Según Villar, los desequilibrios entre la disponibilidad y la demanda, la degradación de la calidad de las aguas subterráneas y las superficiales, las disputas interregionales, junto al gran crecimiento demográfico, sin olvidar las desigualdades geográficas en la distribución del recurso, conforman los elementos de base para los anuncios catastróficos respecto al futuro del agua.

En Paraguay, el agua es un recurso que abunda tanto en la superficie, en sus ríos, lagos, arroyos, como en el interior de su suelo, las aguas subterráneas, por lo menos en la Región Oriental del país. Sin embargo, la realidad parece otra. En medio de la abundancia de recursos se siente una escasez en el acceso y la distribución. Periodos de sequía dañan la producción agropecuaria en forma periódica. Además, hay un gran déficit en materia de infraestructura de servicios de abastecimiento de agua potable y saneamiento.

Según los datos del Censo 2002 (DGEEC), 63,42% de la población del país posee conexión de agua corriente. No obstante, Paraguay no cuenta con vigilancia de la calidad del agua en el área rural o en las pequeñas ciudades, áreas más vulnerables con relación a la calidad del agua, con todas las consecuencias para la salud que esto puede acarrear.

En referencia al saneamiento básico, según los datos del Censo de 2002 (DGEEC) sólo el 9,4% de los hogares del país cuenta con alcantarillado, siendo del 16% la cobertura en el área urbana. No acceden a ningún tipo de sistema y eliminan sus excretas en la superficie de la tierra, ríos, lagos, 1,1% del total de hogares, 1% del área urbana y 0,8 del área rural. No existen políticas, planes estructurados o análisis para resolver el problema de la baja cobertura de alcantarillado o para aumentar la cobertura en lo que se refiere a tratamiento de aguas residuales.

Por todo lo mencionado, mientras aguardamos que el Estado haga lo suyo, cada uno de nosotros debemos usar el agua sin malgastarlo. Si se es padre o madre no hay que cansarse de enseñarles a los hijos a que amen y protejan la naturaleza y cuiden al máximo los cauces hídricos como los ríos, arroyos y lagos porque al hacerlo están cuidando su futuro y las de sus hijos.

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