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Según esta publicación, un centenar de clínicas chinas tienen páginas web en las que ofertan tratamientos con células madre contra enfermedades como el párkinson, la esclerosis múltiple, el alzhéimer y la diabetes.
Algunos de estos centros forman parte de grandes complejos hospitalarios, lo que les aporta una imagen de seriedad y aceptación, y todos subrayan el éxito de sus terapias pese a que ninguno ha publicado nunca los resultados de sus ensayos clínicos, afirma el autor del estudio, David Cyranoski.
En su opinión, atraen a miles de extranjeros que viajan a China con el reclamo del turismo médico, seducidos por supuestos casos de éxito que no se han demostrado.
De media, uno de estos tratamientos puede requerir entre cuatro y ocho inyecciones de células madre, que proceden del cordón umbilical, tejido adiposo o fetos de abortos, y cuyo precio asciende en cada caso a varios miles de euros.
Sin embargo, varios científicos de distintos países consultados por “ Nature ” insisten en que estas terapias aún no están listas para el público general y que algunas de ellas pueden provocar complicaciones graves como enfermedades autoinmunes e incluso cáncer en el caso del tratamiento del autismo.
“ No está claro que la inyección de células madre sobreviva más de unos días en el organismo de los pacientes ” , apunta por ejemplo Oliver Cooper, experto en células madre y párkinson del hospital McLean de Belmont (EEUU) .
En mayo de 2009, el Ministerio de Sanidad de China clasificó los tratamientos con células madre como “ tecnologías médicas de alto riesgo ” , que requieren la aprobación de una comisión técnica para que una clínica pueda ofertarlas.
Aunque a día de hoy no se ha concedido aún ninguna licencia de este tipo, el artículo de “ Nature ” denuncia que sólo en 2009 ya existían en China un centenar de empresas con estos tratamientos.
“ Pese a las reformas y los esfuerzos del Ministerio de Sanidad, aparentemente esta industria sigue creciendo ” , afirma Doug Sipp, experto en legislación y ética sobre células madre del Centro RIKEN de Biología del Desarrollo de Kobe (Japón) , citado en el artículo.
En un nuevo intento de poner fin a esta actividad, el Ministerio de Sanidad chino decretó en enero nuevas medidas que obligan a las clínicas a inscribir en un registro sus investigaciones y actividades, la fuente de sus células madre y sus líneas éticas.
El ministerio anunció asimismo una moratoria nacional para los nuevos ensayos clínicos con células madre y agregó que los pacientes en los ensayos clínicos en curso no deberían pagar por ellos.
Sin embargo, según explicó un portavoz del Ministerio de Sanidad a la revista británica, ninguna clínica ha cumplido aún con el proceso de registro y la mayoría continúa ofreciendo las mismas terapias con las células madre.