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En una de las entrevistas, concedidas desde el exilio, Augusto Roa Bastos enunció: “El relato no hace más que relatarse a sí mismo. Lo importante no son las palabras, sino los hechos que no están en las palabras y que precisamente rechazan las palabras”.
Sopesando esa dialéctica, los hechos históricos también trascienden a las meras narrativas, encerrando en sí mismos matices circunspectos a la fantasía.
Tomando el espectro actoral, la artista Raquel Rojas plantea una visión polémica sobre un hecho, aparentemente, conocido por todos e incorpora notas de realismo mágico a unos apuntes que nuestro Premio Cervantes esbozó.
“Roa Bastos fue asesor en nuestro primer grupo teatral (Aty ñe’e), espacio de identidad cultural popular que recorría el interior del país recogiendo elementos del saber, buscando brindar un lenguaje contemporáneo, retroalimentándose con el público y, al mismo tiempo, difundiendo ideas libertarias”, refiere esta actriz, directora y puestista de reconocida trayectoria internacional.
“Años más tarde, luego de uno de los exilios, viví en Buenos Aires muy cerca de él. Era un trabajador cultural con todas las letras, ya que escribía todos los días. Durante dos años lo visité con frecuencia. Hacía una pausa y, entre mates y café, nos contaba acerca de sus personajes históricos, como si hubieran estado durmiendo o teniendo una vigilia con él”, profundiza.
Apuntes para una ópera
“Fijándose siempre en nuestra historia, trabajó en Yo el Supremo durante cinco años. Creo que luego de esa obra, como todo el mundo, se preguntó qué pasó en la gran tragedia nacional –la Guerra del 70–. Es por eso que escribió esos apuntes o sugerencias para el libreto de una ópera, argumentando que ese tipo de relato solo podía expresarse de forma grandilocuente”, explica en relación a con los textos que sirven de estructura para su nueva producción.
“Sin embargo, en este caso decidí no realizar una ópera, porque está un poco alejada como lenguaje musical y artístico del gran público. En ese sentido, desde la compañía Camarín Cultural, que desde hace 17 años presenta una o dos puestas al año, reflexionando sobre nuestras identidades históricas, políticas y libertarias, abordamos esa narrativa desde el teatro”, sostiene.
Pancha y Elisa: amores y desamores
Impregnado con las imágenes concebidas por Roa, el elenco plantea un montaje político, poético y polémico. “Tomé su idea para hacer una versión teatral dramática, y les pedí a Remigio Pereira y la OSN (Orquesta Sinfónica Nacional) que nos acompañen en esta iniciativa”, explica Raquel.
La puestista traduce los caracteres históricos de cada protagonista en un mapa ficcional. “El argumento tiene elementos verídicos y, también, imaginados. Respeto momentos históricos, pero no nos regimos solo en ese aspecto, porque le di el sesgo de ambas partes, rescatando de Roa la tensión que existía en el espíritu de Elisa, con sus celos hacia Pancha, por más que en la vida real fue un amor adolescente de Francisco. Sin embargo, en la puesta tiene una dimensión importante, generando contradicción, que es la base del drama”, señala.
“Ubico esa contraposición en la relación entre Benigno y Francisco, ya que fue el primero a quien estaban formando en el ámbito político, destinado a ser el sucesor de su padre”, enfatiza.
Utilizando códigos sugerentes, la directora plantea transgredir desde la dramaturgia.
“Al mariscal lo vamos a bajar del caballo blanco y sacarlo del palacio, humanizando al héroe. López es un hombre que tiene pasiones y contradicciones. Amaba a Juanita Pesoa, quien representaba a la tierra paraguaya. Le gustaba mucho Pancha Garmendia, ya que su entorno familiar de burguesía criolla y su belleza la hacían especial. Le quería mucho a Elisa, no solo por su hermosura, sino más bien por su alta cultura europea, que en su momento él conquistó. Mostramos todas esas contradicciones de su carácter, sin dejarlo como un mujeriego, contando esta tragedia de los desamores”, finaliza la artista.
La cita es hoy y mañana, a las 21:00, y el domingo, a las 20:00, en el Teatro Municipal Ignacio A. Pane. El costo de las entradas es de G. 35.000.
Con un elenco que fusiona la experiencia de renombrados actores y la avasallante frescura de nuevos intérpretes, Raquel Rojas contempla una obra dinámica, fuerte por momentos, que rescata desde los planteamientos del gran escritor paraguayo una trama veraz y, por sobre todo, delicada en cuanto a los rasgos –quizá– desconocidos y fantásticos de quienes hasta el día de hoy protagonizan nuestras memorias socioculturales.
Fotos: Diego Peralbo