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Varios factores pueden incidir en esa sensación de malestar que se presenta durante las primeras horas del día. Quienes la padecen, incluso, demoran un par de horas en encaminar su jornada, lo que afecta en mayor o menor medida otros planos de su bienestar.
“Una de las causas comunes de los mareos matutinos es la interrupción abrupta del sueño, provocando un cambio en la posición del cuerpo (levantar rápido la cabeza, por ejemplo), generando desorientación, malestar estomacal (más aún si la última comida fue pesada), dolor de cabeza, así como síntomas comunes de una baja presión (hipotensión). En este caso, si el hecho es recurrente, se deben analizar factores neuronales, psiquiátricos o psicológicos. No es exclusivo de estas horas del día, pero sí más frecuentes”, explica el doctor en medicina familiar Efraín Giménez.
“El descenso de la presión arterial por un movimiento brusco se llama hipotensión ortostática. Quienes lo experimentan regularmente deben consultar con un especialista en medicina interna o familiar que, de ser necesario, lo derivará a un otorrinolaringólogo o neurólogo”, agrega el profesional.
Somatización. Una vez descartadas posibles afecciones fisiológicas o psiquiátricas, se ingresa en el plano de la psiquis para encontrar una solución a estos estados. “Desde el punto de vista de la psicología, analizamos mediante distintas terapias cuáles son los factores que afectan y repercuten al bienestar. La más común es la somatización”, indica el licenciado en Psicología, Federico Zamphirópolos.
El término procede del vocablo “soma” (cuerpo) y se interpreta como algo que se lleva o se prolonga en él. “Esto aparece cuando extendemos al organismo problemas del trajín cotidiano, conflictos laborales y otros, creando resistencia y provocando la aparición de ciertos malestares. En el proceso de buscar liberar esas tensiones surgen síntomas, como el dolor de cabeza, mareos, entre otros”, explica.
Alimentación. “Una dieta balanceada en frutas y vegetales siempre suma en estos casos. Lo importante es conjugarla con el diagnóstico médico. Se deben aprovechar los cítricos y las infusiones, como el té de jengibre o manzanilla; además de beber mucha agua y evitar, por sobre todo, la ingesta de grasas saturadas, carbohidratos y bebidas procesadas en exceso (alcohol y gaseosas). Se debe recordar también que el cuerpo, especialmente el aparato digestivo, padece con intensidad estos momentos”, subraya la nutricionista Liz Cáceres Aponte.
Es esencial tomar los recaudos necesarios para descartar posibles patologías, así como eliminar molestias que puedan derivar de estas. Se debe reconocer que se podría tratar de un síntoma de otra afección o un desequilibrio emocional.
carlos.canete@abc.com.py