Falta una legislación que proteja nuestra TV y ampare al público

Mercedes Olivera es una periodista uruguaya, afincada hace años en nuestro país y precursora de la primera página web sobre televisión paraguaya. En esta nota, opina sobre la pantalla chica nacional, sus falencias y aciertos y también se refiere al monopolio televisivo, tema que aún no se ha tocado en profundidad, teniendo en cuenta que tres canales de televisión abierta serían de un mismo dueño extranjero.

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- Aspectos positivos y negativos que encuentra en la televisión paraguaya.

- La TV paraguaya cuenta con buenos productores, periodistas, conductores y técnicos que podrían desarrollarse más en un ambiente apropiado.

El problema es que los empresarios de televisión en Paraguay no son gente de televisión, entonces en el mejor de los casos prima un criterio comercial o de conveniencia.

Manda el anunciante, manda el político, manda el amigo..., si los que dirigen tuvieran en cuenta que el capital de un canal es el televidente y lo priorizaran, la convocatoria les daría poder.

Algunos en esa búsqueda se equivocan, por ejemplo, nos llegó la moda de la tevé basura y entonces dale con la basura, que también es interesante para entretenerse, pero no puede ser lo único.

En Argentina, por mencionar algo cerca, tienen basura, tienen documental, tienen investigación, una oferta variada que da opciones para distintos momentos.

Una misma persona puede querer basura, periodismo, entretenimiento y documental en diferentes ocasiones, dependiendo de que esté con disposición para distenderse, divertirse o informarse.

- ¿Qué opinión le merece lo que ocurrió con el canal 13? De tener que levantar los programas nacionales para reemplazarlos por enlatados.

- Lo que ocurrió con el 13 muestra que el escenario cambió. Es lo mismo que ocurrió con el canal 9 hace unos años.

Antes parece que bastaba con tener poder y dinero para sostener un canal, ahora no.

El holding de Angel González entró por las puertas abiertas de la incompetencia de los que manejaban esos canales, la escasa legislación y el silencio cómplice de los líderes de opinión.

En etapa preelectoral, el 3/5 de nuestra tevé está en manos de un holding extranjero llenando sus grillas con latas y algunas propuestas de entretenimiento.

Hay que preguntarse cómo pueden tener tres licencias de tevé.

En cuanto a las latas, claro que un canal también construye su audiencia con latas, y que no podemos atacar a González sólo por ser extranjero.

Debería haber una regulación que incluya el “prime time”, el horario central, para establecer el porcentaje de programación nacional.

Nuestros vacíos legales y conceptuales no son culpa de Angel González, él los explota porque es su negocio.

Parece que nadie está observando que la TV es una industria, que genera un movimiento económico y que además influye en las personas, formando opinión, sobre todo en los segmentos de menor acceso a la información que requiere más instrucción, como los diarios, las revistas o internet.

El que ve televisión, no tiene siquiera que saber leer, ese segmento es muy vulnerable.

Ahí tenemos que agradecer que exista la radio, que está ocupando un espacio creciente para el desarrollo de la criticidad de los públicos.

PRODUCCIÓN NACIONAL

Es llamativo cómo un programa exitoso como Rojo, que revolucionó la pantalla nacional originando una interesante competencia, que dio espacio a cientos de jóvenes cantantes y bailarines, hoy esté fuera de pantalla después de dos años, contando incluso actualmente con cinco auspiciantes para continuar. ¿Qué pasa con los canales?

Respecto al tema, le consultamos a Mercedes si nuestro medio puede sostener una masiva producción de programas nacionales.

Ella respondió: “El escenario de negocios debería estar en manos de los actores locales. Es decir, si localmente los que dirigen canales priorizaran la producción nacional, los anunciantes estarían ahí o no tendrían espacio para exhibir en tevé. “Aunque ahora destinen más recursos a los puntos de venta, las activaciones y otro tipo de medios, la tevé sigue siendo el legitimador para las masas. Bueno, entonces pagarían el precio.

“De hecho pagaron para estar en González vs Bonetti y en La Chuchi, pagan para estar en Rojo, en Bailando, en Cantando. El anunciante busca convocatoria y va a pautar en donde la encuentre, entonces el problema no está ahí”, añadió.

“El factor más sensible es el de la capacidad de producción de los propios canales, que puede superarse con las alianzas con los productores independientes que la mayoría de las veces sólo necesitan capital operativo y equipos”, expresó.

“El medio no es el problema, esa pelota está en la cancha de los dueños de los canales. Claro que es un partido que tal vez Angel González no quiera jugar, porque su negocio principal es la distribución de enlatados. Arbitro es lo que nos falta, en forma de una legislación que no sólo proteja nuestra televisión, sino que también ampare a nuestros públicos”, manifestó.
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