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Imbassahy fue el segundo de los cuatro ministros del PSDB en despedirse del Gabinete debido a que el diputado Bruno Araújo ya había renunciado al Ministerio de Ciudades el 13 de noviembre pasado, cuando comenzaron las presiones internas para que esta importante formación abandone la coalición oficialista en Brasil.
El ahora extitular de la Secretaría de Gobierno, desde la que coordinaba las negociaciones del Ejecutivo con los partidos oficialistas, aclaró en su carta de renuncia que seguirá apoyando la gestión de Temer cuando reasuma su mandato como diputado el lunes.
La renuncia de Imbassahy era esperada desde hacía varias semanas debido tanto a los pasos dados por el PSDB para salir del Gobierno como a las negociaciones que llegó a iniciar Temer para reformar su Gabinete y sustituir a los ministros de ese partido.
La Presidencia llegó a anunciar en sus redes sociales la sustitución de Imbassahy por el diputado Carlos Marun, un fiel aliado de Temer, aunque la información fue corregida poco después sin ninguna explicación.
El ahora exministro fue el responsable por montar la coalición de Gobierno tras el juicio político del año pasado que concluyó con la destitución de la presidenta Dilma Rousseff y su sustitución por Temer. “Formar parte de su Gobierno fue, para mí, un honor. Actuar en la articulación política en un período de radicalización tras el impeachment (juicio político), con una gran fragmentación partidaria, y en medio de enormes dificultades económicas y fiscales, representó un gran desafío”, dijo Imbassahy en su carta.
Temer aceptó la renuncia igualmente en una carta en la que llamó al exministro de “amigo”. “Los momentos difíciles a los que alude en su carta los enfrenté yo, pero con su apoyo permanente. Su ponderación, su equilibrio y su firmeza fueron fundamentales para que superásemos momentos delicados y para que impidiéramos que Brasil parara”, respondió el jefe de Estado.
El PSDB, con inicialmente cuatro representantes en el Gabinete, es uno de los principales partidos en la coalición que apoya la gestión de Temer pero sufre actualmente una profunda división entre dirigentes que defienden la permanencia en el Gobierno y los que exigen su inmediata salida.
Esa indecisión llegará a su fin el sábado, cuando el partido liderado por el expresidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002) realizará una convención nacional en la que elegirá a sus nuevos dirigentes y definirá si permanece o abandona el Gobierno.
Los otros dos miembros del PSDB en el Gabinete de Temer son el ministro de Relaciones Exteriores, Aloysio Nunes, y la secretaria de Derechos Humanos, Luislinda Valois.
Los votos de los parlamentarios del PSDB fueron decisivos para que la Cámara de Diputados decidiera archivar, en dos oportunidades en los últimos meses, las sendas denuncias penales que la Fiscalía hizo por corrupción contra el jefe de Estado.
Pese a que el partido fue durante varios meses uno de los más fieles a la gestión de Temer, las denuncias de corrupción que salpicaron este año al jefe de Estado y el acentuado rechazo a la gestión del mandatario, cuya popularidad no supera el 5 %, han llevado a numerosos dirigentes del PSDB a exigir una ruptura.
Uno de los impulsores del desembarque es el gobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, quien este sábado puede ser elegido como nuevo presidente del PSDB, según un consenso aún no oficializado pero que ninguno de los dirigentes de esa formación oculta.
Alckmin tampoco esconde sus intenciones de volver a aspirar a la Presidencia, lo que le exigiría abandonar el Gobierno.
Con 46 de los 513 diputados, 11 de los 81 senadores, seis de los 27 gobernadores y 807 de los 5.556 alcaldes, el PSDB es uno de los fieles de la balanza de la política brasileña, pese a que, al igual que otros grandes partidos, también ha sido golpeado por los escándalos de corrupción de los últimos años.