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El suceso tuvo lugar en el penal de Palmasola, situado en el departamento de Santa Cruz y considerado el más conflictivo de los centros penitenciarios que hay en Bolivia.
El enfrentamiento entre los internos, al parecer por pugnas de poder entre dos grupos, tuvo lugar de madrugada en Chonchocorito, el sector de máxima seguridad del centro penitenciario, informó el comandante de la Policía, Alberto Aracena, en una rueda de prensa en Santa Cruz.
Además, durante la reyerta se registró un incendio en la prisión debido a la explosión de dos garrafas de gas.
“Hay un aproximado de 15 personas que han perdido la vida”, dijo Aracena, quien precisó que entre las víctimas, que aún no han sido identificadas, puede haber extranjeros.
Aracena confirmó que hay un menor entre los fallecidos, aunque todavía no se ha establecido su edad ni identidad.
“Aparentemente tenemos un niño que está calcinado”, refirió el mando policial, aunque pidió esperar al informe forense.
Aunque la cifra oficial que han reportado las autoridades es de 15 fallecidos, otras fuentes apuntan a que podrían superar la treintena.
El representante del Defensor del Pueblo en Santa Cruz, Hernán Cabrera, dijo a Efe que puede haber hasta 30 muertos, según una información preliminar de la que dispone.
Agregó que hace un año advirtió que el sistema carcelario estaba en crisis en Bolivia y que la cárcel de Palmasola “era una bomba de tiempo” por las condiciones de hacinamiento, el retardo de la justicia en dictar sentencia y la formación de grupos en la sección Chonchocorito, donde hoy se produjeron los enfrentamientos.
En Palmasola hay más de 5.200 internos de los que solo unos 400 tienen sentencia condenatoria, recordó.
Los heridos, que presentan quemaduras en su mayoría, han sido trasladados a hospitales de la zona, mientras el jefe policial dio por controlado el conflicto provocado horas antes por el ataque de un grupo de reos contra otro.
Las ambulancias han estado saliendo durante toda la mañana de la cárcel cruceña para transportar heridos a los centros sanitarios cercanos, según pudo comprobar Efe.
Además, las autoridades han tenido que reforzar la vigilancia en los hospitales, ya que se han producido intentos de fuga de los reos que han sido ingresados, informó una fuente policial.
Aracena no precisó, a preguntas de la prensa, si en la reyerta se habían utilizado armas de fuego, e insistió en que la Fiscalía ha abierto una “profunda” investigación para esclarecer lo ocurrido, con la participación de la Fuerza Especial de la Lucha Contra el Crimen, la Dirección Nacional de Inteligencia y la Policía Nacional.
También destacó el rápido y correcto funcionamiento del operativo de evacuación de los presos que estaban en las zonas donde se registró el incendio, entre los que se encontraba un bebé de menos de un año.
Las cárceles bolivianas presentan serios problemas de conflictividad y hacinamiento debido, entre otros factores, a que el 83 % de los más de 13.800 reclusos está en prisión preventiva sin sentencia y sus casos sufren el crónico retraso en la administración de justicia del país.
El Gobierno presidido por Evo Morales dictó a finales de 2012 un indulto masivo para tratar de aliviar esta situación, una medida que ahora estudian ampliar para hacer frente a los problemas que se registran en los penales.
Además, en los últimos meses tuvo lugar una polémica por la masiva presencia de niños en las cárceles de Bolivia, en las que han llegado a contabilizarse hasta 2.100 menores viviendo con sus padres, una situación única en el mundo, según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
A ello se sumaron varias denuncias sobre los presuntos abusos sufridos por niños dentro de las instalaciones carcelarias.
Las autoridades comenzaron en junio pasado a evacuar a parte de los pequeños que vivían en las cárceles tras llegar a un acuerdo con los padres de los menores.