Nacionalismo, patriotismo o pérdida de identidad

Voy a utilizar los conceptos del título para aplicar a un tema repetitivo, ocasionado por la desgracia o gracia de ser fronterizo. Me refiero a lo que ocurrió en la ciudad de Alberdi. No al desastre climatológico en sí, ocasionado por “El Niño”, sino al hecho titulado en un periódico de nuestro medio, “Alberdeños llegan a Formosa y rechazan refugio en Asunción”.

Qué golpe fue para mí, y creo que para todos los paraguayos, sentí vergüenza ante estos compatriotas, y también ante el país hermano (Argentina); que siempre como todos los países vecinos dan una mano a los nuestros ante una gran crisis. ¿Será que nosotros haríamos o estaríamos en condiciones de hacer lo mismo por ellos?

“Nacionalismo y patriotismo” les hace falta a nuestros gobernantes para cumplir sus obligaciones, que por las urnas se han convertido en mandatos, bajo juramento. Un nacionalismo racional, para no caer en la otra ideología política “extremista” y perjudicial (nazismo), y un patriotismo sin llegar al patrioterismo, nos hace falta.

En varias oportunidades me tocó visitar Pedro Juan Caballero y me llamó la atención que como “hormiguitas en bicicletas”, desfilaban ante mí, niños y niñas en edad escolar, bien uniformados, con destino al cercano país hermano, y como estaba de paso, pregunté a una persona del lugar, qué significaba eso, y me contestó que iban a sus colegios de Ponta Porã, porque ahí tenían, hasta ahora tienen, todo gratis: útiles, uniformes, alimentación, con comodidades modernas, como aulas con acondicionadores de aire, comedores, atención a la salud, etc.

Mientras, en nuestro querido Paraguay la educación está como está. Ahhh!, no es tan “gratis” es a “cambio de identidad”. Agrego otro dato no menor: inclusive la soberanía está en riesgo, porque muchos negocios no aceptan la moneda nuestra, solamente la brasileña y por supuesto el dólar, o sea la leyenda obligatoria, que está al pie de nuestro billete no sirve en ese lugar.

Se habla más el portugués, se canta el himno brasileño. En los cuatro puntos cardinales del país se produce este fenómeno. Ojalá no haya algún enfrentamiento bélico con los países vecinos, o si no, pregunto, si estos compatriotas fronterizos, sin presencia del Estado paraguayo, qué bando elegirían, puesto que los del otro lado de la frontera les ofrece más ventaja, estabilidad económica y seguridad que su propio país.

Termino reclamando un trabajo de base, con los niños. En la educación hay que incluir materias didácticas que motiven a los alumnos, como antes, a conocer a su país, a sentirse orgullosos de él y lo amen no solo cuando juega la “albirroja”. Hay que volver a cantar el himno nacional (gracias Sr. ministro Riera); enseñar y practicar nuestro folclore a través de la danza, la música; conocer nuestras “raíces, tallos, ramas, flores y frutos” mediante asignaturas, no solo en la primaria y secundaria, sino también en la universitaria. Y por supuesto los gobernantes deben dotar a la población de la infraestructura para que todo eso se practique. Estamos a tiempo de hacerlo. No descuidemos nuestras fronteras.

Heraldo Rojas