Quieren justificar con biólogo estadounidense cacería del teju

FILADELFIA. Integrantes de Paraguay Salvaje, afirman que la reunión de la SEAM con líderes indígenas de Boquerón y la presencia del biólogo estadounidense Lee Fitzgerald en nuestro país solo representan un intento por justificar la cacería del teju.

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Thomas y Sabine Vinke de Paraguay Salvaje señalaron que están a favor de pequeños y bien definidos proyectos de cosecha del tejú, con un objetivo claro y métodos adecuados de fiscalizarlo. Además creen que es muy costoso invitar a un científico norteamericano a Paraguay, solamente para convencer a la ciudadanía con charlas, y que sería más económico hacer este trabajo con biólogos nacionales o directamente por los funcionarios de la SEAM.

Destacaron que en esta época del año no se pueden realizar estudios porque el teju pyta no está más activo sobre la tierra. Los machos están hibernándose y las hembras están cuidando sus huevos, por lo que no se puede hacer ahora una inspección de sus cuevas. La época de actividad del teju hú es un poco más larga, pero ya empezó la época de hibernación, explicaron.

Consultados porque creen que el estudio de Lee Fitzgerald no es suficiente, respondieron: “El estudio es un herramienta de monitoreo, es decir que se le usa exclusivamente después de la caza. Se miden los cueros y cuando se encuentran que el tamaño de los mismos está disminuyéndose se sabe que la populación está en peligro. Entonces el monitoreo no puede evitar dañar a la especie, sino solamente intentar limitarlo. Además el estudio no vale para definir cupos actuales por su edad y los cambios ambientales mientras tanto. Si transferimos esta idea a una ganadería, significa que dejamos carnear el ganado como venga y esperamos hasta que se mata más terneros que adultos, para saber que hicimos algo mal. Así ningún estanciero trabajaría. Hay que saber cuántos animales se produce y elegir bien”.

Por otro lado coincidieron con la manifestación de Fitzgerald, que un estudio poblacional a nivel país no es posible, pero justamente por eso la SEAM no puede poner un permiso de cazar en “todo el territorio nacional” como lo hizo en la Res. 632/14, sino que debe dar permisos para áreas bien definidas.

“Solamente así se puede definir cupos que no dañan a la populación y también asegurar la fiscalización”, acotaron.

Refirieron también que la ley sobre la vida silvestre no permite que cualquiera puede ir a cazar, sino que cada uno tiene que tener un permiso personal e intransferible. Además queda prohibido dañar o destruir huevos, nidos, cuevas y guaridas, así como la caza de crías o de los individuos adultos de los que éstas dependen.

“Entonces hay que controlar que se respetan la época de veda, que se respetan las cuevas y las hembras anidando en las mismas, en vez de cazar con perros, como se escribe en el estudio de Lee Fitzgerald. La fiscalización de todo el territorio paraguayo es imposible, hasta un país como los Estados Unidos no puede controlar un área tan grande, tampoco la SEAM con recursos limitados como la ministra expresó en su propia resolución 543/13 que “la SEAM no cuenta con suficientes medios económicos ni humanos para verificar que la cacería no se lleve a cabo”, acotó Sabine Vinke.

Finalmente, se refirieron al contrabando como un argumento frecuentemente usado para justificar la cacería controlada.

“Este argumento nos parece ser muy raro, con razón no legalizamos las drogas, tampoco. Hay que intensificar los esfuerzos contra el contrabando. Existen nacionales como internacionales posibilidades. Argentina mandó en los años noventa una reclamación a la Secretaría de CITES contra Paraguay, porque en esta época el contrabando fue al revés y los tejúes argentinos protegidos fueron vendidos ilegalmente por Paraguay. Este hecho llevaba entre otros a la suspensión de Paraguay del mercado internacional”, afirmaron Thomas y Sabine Vinke.

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