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Los presagios de lluvia nuevamente hicieron que el traslado de carrozas y toda la parafernalia que rodea a los corsos fuera lenta y tardía, lo que motivó que el paso de las comparsas comenzara muy tarde.
No obstante, las gradas del sambódromo estaban casi repletas, pese a la inestabilidad meteorológica. Muchos llegaron para arengar a sus clubes favoritos, como el Universal del populoso barrio Pacu Cuá, que eligió la temática “A orillas del Paraná”, con sus 210 integrantes, por lejos, la más numerosa.
Con bellas mujeres, imponentes carros alegóricos y trajes fascinantes, la algarabía se apoderó una vez más y como todos los años de la pasarela para hacer vibrar al público con el paso de las comparsas. La del club Nacional fue la encargada de abrir la fiesta, previo paso del Rey Momo y su comitiva a las 22:10. Siguieron las formidables carrozas del barrio Loma Clavel, el club Radioparque y Bernardino Caballero.
En la segunda tanda le cupo a la comparsa del club San Juan cosechar los aplausos del público, además del Club de Pesca; Carroza del barrio San Roque y nuevamente la comparsa del club Universal, con sus más de 200 integrantes; la carroza del club de Cazadores; la del barrio San Pedro, el club Alemán y el cierre estuvo a cargo del Pettirossi.
Para los organizadores, las primeras dos noches del carnaval encarnaceno -el pasado 16 y 17- superaron todas las expectativas, porque el público acompañó desde un principio y la recaudación fue superior a la edición 2014. En total, ingresaron G. 728 millones; en la primera noche pagaron seis mil y el sábado, siete mil personas.