El “quiosco solidario” cumplió un año

El exitoso “quiosco solidario”, que ofrece comida y abrigo a gente necesitada, sin costo alguno, cumplió ayer sábado su primer aniversario. Gracias a la iniciativa, muchas personas pueden desayunar y almorzar todos los días.

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El lugar, que es una noble iniciativa del matrimonio compuesto por Guillermo Stewart y Nina Montero de Stewart, está ubicado en Avda. Venezuela y Sangento Gauto, barrio Virgen del Huerto. Da comida a alrededor de 50 personas todos los días, entre las 07:00 y 15:00 horas.

La señora Benigna, más conocida como Nina, recordó que hace un año, en realidad, comenzaron con el “perchero solidario”, para entregar abrigo a personas sin recursos, y luego se instaló el quiosco donde están desayunando y almorzando ciudadanos con problemas para adquirir sus alimentos.

Dijo que, en principio, se acercó más bien gente mayor de ambos sexos, gente enferma que pasaba por ese lugar, y posteriormente se sumaron muchos niños con sus madres. “Por eso es que hemos habilitado, con la ayuda de muchas personas, un parque infantil, que ayer fue la alegría de todos los niños”, destacó Nina.

Acerca de cómo se organiza el emprendimiento social, la señora Stewart explicó que tienen una empleada con salario, que abre a las 07:00 hasta las 14:30. Agregó que se prepara cocido con leche caliente con pan, que se le entrega hasta las 09:00 al que se acerca, y al que no se pide ningún tipo de condición.

Añadió que luego se prepara el almuerzo, de acuerdo a las donaciones que se reciben. “Hay mucha gente que se acerca con comidas hechas, que se suman a la que se prepara para que alcance a todos. Ahora, no me pregunten cómo hacemos para que alcance a tanta gente, porque es algo que a nosotros nos asombra; no falta comida”, expresó.

Al explicar cómo nació la idea, Guillermo recordó que viven en un barrio “muy chuchi”, a tres cuadras de uno de los clubes sociales más importantes del país, pero a escasa distancia ya se puede observar la pobreza que hay en nuestro país.

Dijo que, en su mayoría, se trata de gente que viene subiendo de Tablada, que sale para trabajar, algunos para limpiar vidrios, otros para juntar latitas, etc. “Todos los días nos tocaban el timbre, pidiéndonos algo para comer, y allí comenzamos a cuestionarnos sobre qué es lo que podemos hacer para paliar la necesidad de la gente”, expresó.

Rememoró que fue cuando decidieron instalar una “casillita” en la plaza aledaña para distribuir (alimento) a la gente. Dijo que mucha se opuso, razón por la cual escribieron una carta personal al intendente de Asunción, Mario Ferreiro, quien finalmente autorizó la instalación del quiosco”.

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