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Agentes del Ministerio Publico, técnicos de la Secretaria del Ambiente (SEAM) y efectivos del Comando de Ingeniería llegaron hasta la propiedad de Néstor “Tito” Núñez, transportados en helicópteros de la Fuerza Aérea Paraguaya.
La información indicaba la existencia de una represa de grandes proporciones, dato que se ajusta a la realidad, pero en el momento de la presencia de la comitiva, la misma estaba cortada en casi todo su tramo por la misma fuerza del agua. Es decir, una represa de contención no existe en el lugar, en este momento de crecida.
El asistente fiscal llegó a un pequeño muro de 18 metros por cuatro de ancho y ordenó su destrucción, a pesar de que las aguas corrían sin ningún inconveniente en toda la zona.
Ordenó al personal del Comando de Ingeniería su destrucción, instrucción que fue cumplida ante la insistencia del funcionario de la Fiscalía.
El resultado fue volar un puentecito, sin valor alguno, y sin capacidad de retener las aguas que están corriendo libremente, dada la fuerza con que llegan al establecimiento Isla Alta.
En síntesis, fue una movilización infructuosa, con un alto costo operativo por la movilización de tres helicópteros para hacer volar un murito de 18 metros de largo. Fue un fracaso.